La Policía sospecha que el autor, un hombre de 35 años, se halla entre los fallecidos en la escuela para adultos y actuó en solitario
Conmoción en Suecia tras un tiroteo que ha dejado al menos diez muertos en el colegio Campus Risbergska de la ciudad de Örebro, a unos 200 kilómetros al oeste de Estocolmo. Al cierre de esta edición, la Policía no podía confirmar el número de heridos por la gravedad de la situación, si bien confirmó que entre ellos no se encontraba ningún niño.
La Policía investiga el ataque como «un intento de asesinato, un incendio provocado y un delito de armas con agravantes». Y sospecha que la persona que ha perpetrado la matanza, un hombre de 35 años de quien por ahora se desconoce su identidad, está entre los fallecidos y actuó en solitario. En principio, descarta que se trate de un acto terrorista, aunque aún desconoce los motivos y asegura que no tenía ningún «signo de alarma» del ataque.
La región se hallaba ayer en estado de emergencia y la Policía instó a los ciudadanos de la zona de Västhaga a permanecer en sus casas. El ministro de Justicia, Gunnar Strommer, reconoció a la televisión pública SVT que la situación es «muy grave» y que la respuesta al incidente aún estaba en curso.
La Policía empezó a evacuar varias escuelas próximas en las que se había retenido a profesores y alumnos como medida de precaución, aunque mantenía el cordón de seguridad en la zona. Las autoridades aclararon, en contra de lo que habían informado varios tabloides, que ningún agente había resultado herido.
El hospital de Örebro vació las urgencias y la unidad de cuidados intensivos para atender a los heridos, informó la emisora pública Radio de Suecia. Al menos cuatro personas fueron operados y su condición es estable, informó el centro sanitario.
La escuela Campus Risbergska es un centro de educación para adultos y, según declaró a la SVT Lena Warenmark, una de las docentes, a la hora del tiroteo había menos alumnos de los habituales en el recinto porque muchos se habían ido a casa tras finalizar sus exámenes.
La directora del Campus Risbergska, Ingela Bäck Gustafsson, se encontraba sentada comiendo cuando los estudiantes que corrían gritaron que todos debían evacuar: «Estamos corriendo para salvar nuestras vidas».
Una mujer que trabajaba en un restaurante cercano declaró a TT que varios profesores y estudiantes habían buscado refugio en el restaurante. «No les permiten salir, los tenemos aquí dentro. Es como un refugio. Los estudiantes dicen que un hombre enmascarado entró en la escuela», dijo. «Tenemos entre 30 y 40 personas aquí. La policía está en el lugar, protegiéndonos».
«Hoy es un día muy doloroso para toda Suecia. Mis pensamientos están con rtidos expresaron su condena y dolor por el tiroteo. «Mis pensamientos están con los afectados, sus familias y la Policía en el lugar», aseguró la líder de la oposición, la socialdemócrata Magdalena Andersson.
El líder del partido ultraderechistas Demócratas Suecos, Jimmie Åkesson, calificó la noticia como una «pesadilla». «No debería ser posible que en Suecia se produjeran actos tan terribles como este. Mis pensamientos están con quienes se encuentran en el centro de esta pesadilla», dijo.
«La escuela debería ser un lugar seguro», escribió en X el líder del Partido del Centro, Muharrem Demirok. «Todo lo contrario es un fracaso. Mis pensamientos están con los afectados y sus familias».
Los tiroteos en centros educativos en Suecia son algo poco frecuente. En 2001, un estudiante fue asesinado a tiros durante una pelea por una bolsa de Valium, pero el último tiroteo masivo en una escuela en Suecia ocurrió en los años sesenta. Los ataques a escuelas son más comunes, aunque todavía raros: desde 2015 se produjeron siete en el país, tres de los cuales resultaron en víctimas mortales.
Fuente: La Razón