El gobierno congoleño y Estados Unidos culpan al ejército ruandés y al grupo rebelde M23 de atacar campamentos donde miles de personas buscan refugio
Al menos, 12 personas, incluidos niños, murieron en dos explosiones de bombas que impactaron en dos campos de desplazados en el este de la República Democrática del Congo, según funcionarios del Gobierno, las Naciones Unidas y un grupo de ayuda.
Las explosiones tuvieron como objetivo los campos de Lac Vert y Mugunga, cerca de la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, dijo la ONU en un comunicado.
Los ataques, en los que resultaron heridas, al menos, 20 personas, fueron una “violación flagrante de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario y pueden constituir un crimen de guerra”, afirmó.
Un residente de uno de los campos dijo que muchas de las víctimas dormían en sus tiendas cuando la zona fue atacada.
“Empezamos a correr cuando lanzaban bombas contra el campamento”, dijo el residente.
Los ataques también detuvieron el trabajo del personal de ayuda humanitaria en estos lugares, que estaba brindando asistencia a las personas, ya desplazadas, cuando cayeron las bombas. Se estima que hay 210 000 personas en las zonas sanitarias donde detonaron las bombas.
“Esta tragedia innecesaria es el resultado de que los combates se acercan demasiado a zonas densamente pobladas por niños y sus familias”, afirmó Grant Leaity, Representante de UNICEF en la República Democrática del Congo.
“Hacemos un llamado a todas las partes para que cumplan con sus obligaciones bajo el Derecho Internacional Humanitario de proteger a los civiles, incluso tomando todas las precauciones posibles y respetando los principios de distinción y proporcionalidad. Instamos a las partes a negociar una solución para poner fin a este conflicto”.
Fuente TeleSUR