
Un atentado suicida, durante una concurrida reunión del partido religioso Jamiat Ulema-i-Islam, JUI-F.
La policía ha llegado a cifrar en 75 las muertes en el atentado.
Algunas fuentes locales hablan de 2000 heridos, algunos en estado grave.
El ataque, que tuvo lugar al norte del país, no ha sido reivindicado, pero en el pasado el Dáesh perpetró ataques contra este grupo, Jamiat Ulema-i-Islam, muy poderoso en esta zona de Pakistán con numerosas mezquitas y escuelas coránicas.
El grupo yijadista les acusa de hipocresía por apoyar a sucesivos Gobiernos y al Ejército.
Pakistán experimentó un aumento de la violencia armada desde la llegada al poder de los talibanes afganos en Kabul en agosto de 2021, que reactivó los ataques de sus hermanos ideológicos paquistaníes, especialmente en las provincias fronterizas con Afganistán de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán.
El principal grupo paquistaní, el Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), anunció el pasado diciembre el fin del alto el fuego alcanzado con Islamabad, al que acusó de incumplir sus compromisos en unas negociaciones de paz.
El país fue testigo de 271 ataques de militantes armados durante la primera mitad del año, en los que 389 personas fallecieron y otras 656 resultaron heridas, según un informe publicado a principios de julio por el Instituto de Estudios de Seguridad y Conflictos de Pakistán.
Un incremento significativo de las cifras en comparación al mismo periodo de 2022, cuando Pakistán sufrió 151 ataques que causaron 293 muertos y 487 heridos.
Fuente Euronews