
12 de febrero
Hay revoluciones de toda índole: políticas, económicas, científicas y artísticas […]. Cada una tiene su importancia y, a veces, incluso su necesidad. Pero por mucho que uno cambie las cosas, el mundo no mejorará mientras los seres humanos —que somos la fuerza generadora e impulsora de todas las actividades— sigamos siendo egoístas e indiferentes al otro. En ese sentido, la revolución humana es la transformación más profunda y esencial de todas; y también la más necesaria para la humanidad.
Daisaku Ikeda