
Tras casi 12 mil detenciones en dos meses y con una fuerte presencia militar en las calles, ciudades como Guayaquil aún ven crecer los casos de asesinatos, extorsiones y secuestros, entre otros delitos graves.
Al menos siete personas fueron asesinadas recientemente en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, donde aún es significativa la ola de extrema violencia, a pesar del estado de excepción decretado por el gobierno de Daniel Noboa en enero pasado.
Según el reporte de la Policía Nacional, los delitos no decrecen en esa urbe (considerada de las más peligrosas en el país), ni siquiera en presencia de una fuerza militar significativa en las calles a toda hora.
De manera especial aumentaron los secuestros y las extorsiones, confirmó el informe policial: de 120 en el primer trimestre de 2023 subió a 618 en lo que va de igual periodo en este año. Los delincuentes exigen entre 2000 y 200 000 dólares por cada víctima.
El pasado 8 de marzo, Ecuador cumplió dos meses bajo estado de excepción y conflicto armado interno, cuyo propósito es hacer frente a la violencia.
Ambas medidas fueron prorrogadas un mes más por decreto presidencial, como permite la Constitución ecuatoriana.
La decisión de Noboa generó preocupación en cuanto a posibles arbitrariedades o violaciones de los derechos ciudadanos, en especial en los sectores de mayor vulnerabilidad social por su etnia o sus bajos ingresos.

El crecimiento de los arrestos diarios provoca preguntas sobre dónde se interna a los presuntos delincuentes y, si en todos los casos, se cumplió el debido proceso a partir de su detención o contarán con todas las garantías judiciales.
La cifra de detenidos en los operativos conjuntos de la policía y las fuerzas armadas se acerca a las 12 mil personas, en su mayoría vinculadas a 22 grupos catalogados como bandas terroristas.
Fuente Al Mayadeen