
Rocha fue el ex embajador de Estados Unidos en La Habana, pero a pesar de haber confesado ser un espía, quedan muchos hilos sueltos sobre qué rol realmente jugó este personaje
Victor Manuel Rocha, ex embajador de Estados Unidos en Bolivia, fue condenado a 15 años de prisión, según la Justicia de su país, por actuar como “agente encubierto de Cuba” durante cuatro décadas, en una audiencia celebrada en un tribunal federal de Miami (Florida).
No es la primera vez que se dan circunstancias como la actual y que involucran a personas que nadie podía imaginar que colaboraban con la Revolución cubana infiltrándose en el “corazón del monstruo”, pero este caso está rodeado de aspectos exagerados -que bien podrían ser ciertos- y poco creíbles de que no hayan sido descubiertos con anterioridad. Salvo está, que Rocha sea como los personajes de una buena novela policial que se dio el lujo de ocultar su verdadera cara durante 40 años. Todo un récord.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/HHLIPFEX4RCHDMMFTLJ3I3YCQA.jpg)
“El tribunal va a sentenciarle al máximo castigo permitido por ley”, declaró la jueza Beth Bloom, antes de anunciar la sentencia de cárcel a la que sumó el pago de 500 000 dólares de multa.
Rocha, de 73 años, compareció por la tarde ante la magistrada en una audiencia que duró tres horas y media.

El ex diplomático, que alcanzó un acuerdo de colaboración con la Fiscalía, se declaró culpable de haber recopilado información de inteligencia estadounidense para el gobierno de Cuba desde alrededor de 1981, a pesar de haberlo negado en un primer momento. Tras reconocer esos hechos, la jueza Bloom lo condenó.
“El departamento ha acusado al ex embajador de Estados Unidos en Bolivia Víctor Manuel Rocha de actuar como agente de un gobierno extranjero”.
La policía estadounidense detuvo a Rocha en Miami en diciembre y lo acusó de actuar como agente de un gobierno extranjero sin el consentimiento previo de su administración. En sus años como presunto topo, ocupó cargos importantes en el Departamento de Estado, desde donde pudo acceder a información confidencial de alto nivel e influir en la política exterior estadounidense.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/CR5QNUXF4ZHP5J7BB55DMUANQ4.jpg)
Mayor infiltración
Nacido en Colombia y nacionalizado estadounidense, Rocha llevó a cabo “una de las infiltraciones de mayor alcance y duración en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”, dijo el fiscal general de Estados Unidos Merrick Garland.
Entre 1999 y mediados de 2002, fue embajador en La Paz, donde causó una gran polémica al amenazar con retirar la ayuda estadounidense a la guerra boliviana contra las drogas, si el izquierdista y ex sindicalista cocalero Evo Morales ganaba las elecciones.
Fue ex embajador de Estados Unidos en Argentina desde 1997 al 2000 y, por esos años, delegado de USA en La Habana.

Manifestantes exigieron en la calle que condenen al “traidor Rocha”.
Según la Fiscalía, Rocha siguió espiando para La Habana tras abandonar el Departamento de Estado en 2002, cuando se convirtió en asesor del Comando Sur de Estados Unidos, el órgano que coordina las Fuerzas Armadas del país norteamericano en América Latina, incluida Cuba.
El ex diplomático admitió haber trabajado para Cuba durante “40 años” en reuniones mantenidas en 2022 y 2023 con un agente encubierto del FBI, que se hacía pasar por un representante de la Dirección General de Inteligencia de la isla.
Pero el diplomático nunca levantó ninguna sospecha y hasta llegó a camuflarse bajo la máscara de un republicano y acérrimo trumpista. Este exembajador fue poco a poco subiendo varios peldaños dentro de la élite política de Washington, incluso llegando a convertirse en el principal asesor de la Casa Blanca para América Latina.
Rocha confirmó sus trabajos de espionaje durante reuniones con un agente encubierto del FBI
Durante esos encuentros Rocha celebró su actividad como agente de la inteligencia cubana, que calificó de “meticulosa” y “muy disciplinada”; y se refirió una y otra vez a Estados Unidos como “el enemigo” y a sus contactos cubanos como “compañeros”.
Fuente Resumen Latinoamericano