
Las presiones del gobierno israelí y sus aliados pudieron más que el deseo de llevar solidaridad al pueblo de Gaza
La Flotilla de la Libertad, por la que cientos de activistas solidarios y solidarias de todo el mundo estuvieron trabajando desde hace varios meses, debía partir desde el puerto de Estambul para llevar 5500 toneladas de insumos de gran necesidad para el pueblo palestino de Gaza que sufre todo tipo de carencias, hambruna y falta de medicamentos debido al bloqueo total impuesto por Israel, se ha quedado en tierra. Los más de 800 voluntarios solidarios -entre los que se encuentra el médico argentino Carlos Trotta- estaban convencidos de que las tres naves que componen la flotilla iban a zarpar definitivamente (después de varias postergaciones), sin embargo, finalmente, llegó la noticia de que iba a ser casi imposible echarse a la mar rumbo a Gaza.
Se sabe, como es de imaginar, que plantearse un viaje semejante no iba a ser nada sencillo, que tanto Israel como Estados Unidos iban a presionar de mil maneras y que, además, ya había antecedentes de las anteriores flotillas que también habían terminado en unos caso en frustración y en otros en tragedia, cuando en mayo de 2010, el barco Mavi Marmara fue abordado y atacado por el ejército israelí causando 9 muertos, entre ellos un periodista. No obstante las dificultades, esta vez, todo parecía que la travesía iba a poder concretarse, aunque en el correr de esta semana algunos voluntarios señalaban que se estaba a la espera del permiso de salida por parte del gobierno turco. Posteriormente, Israel hizo conocer un ultimátum en el sentido de que, si la flotilla zarpara y llegara a aguas que los hebreos consideran dentro de su jurisdicción, la atacarían.
De hecho, recientemente, trascendían datos amedrentadores para los organizadores del viaje. Según la prensa de EEUU, Tel Aviv habría encargado esta misión a Shayetet 13, una unidad de élite de su marina, ser la protagonista del ataque. El repertorio armamentístico que se esperaba que tuvieran a su disposición es variado. Se habla de gases lacrimógenos, de pistolas taser y de granadas aturdidoras. Este último artilugio emite una potente luz que impide la visibilidad durante segundos, a la par que lanza sonidos agudos (por encima de los 170 decibelios) que impiden la audición.
Más aún, en la formación se nombran, también, los drones de reconocimiento dotados con inteligencia artificial, capaces de registrar los rostros de los pasajeros y “contrastarlos con una base de datos compuesta por miembros de Hamás y colaboradores”. Advertían también que algunos de estos drones podrían estar cualificados para disparar en el caso de encontrar coincidencias o percibir una amenaza.
Finalmente, la excusa que se utilizó para impedir el viaje ha sido un tanto banal: como es sabido, los barcos que se echan a la mar siempre deben tener una bandera de un país y en este caso, uno de ellos, el “Adkeniz”, portaba la enseña de Guinea Bissau. De allí que, imprevistamente, llegaran a revisar las naves, inspectores de ese país africano. El trámite fue minucioso y como era de suponer todo estaba en regla, pero inexplicablemente el resultado fue que Guinea Bissau no autorizó que se usara su bandera.
Ann Wright, la referente de la Flotilla, anunció posteriormente, en una reunión en el Hotel Tugra: “Una nueva situación ha emergido. El Gobierno de Israel ha pedido al de Guinea Bissau que retire la bandera del barco Adkeniz”, ha explicado esta antigua coronel del ejército estadounidense. “No esperábamos una inspección de este tipo, pero Guinea Bissau es el país dueño de esa bandera [marítima] y debemos aceptarla”, han reconocido los organizadores. “Estas presiones son una muestra de que Israel está intimidada políticamente por nosotros”, ha expresado Wright. Pero, además, otros voceros recordaron que en marzo pasado, el presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló, mantuvo un encuentro con el presidente Isaac Herzog y ambos mostraron su “profunda amistad” al mundo.
El médico Carlos Trotta, comentó la sensación de rabia que generó entre los viajeros de la Flotilla, la mala noticia que impide el viaje, pero a la vez reiteró que hay que multiplicar aún más las acciones solidarias con el pueblo palestino.
Por último, los organizadores del viaje han convocado para hoy sábado a una conferencia de prensa a fin de informar de todos los detalles de este cúmulo de presiones y luego se realizará una gran marcha por las calles de Estambul para redoblar la solidaridad con Palestina y su pueblo.
Solidaridad con Palestina en una de las plazas de Estambul.
Fuente Resumen de Medio Oriente