Por Héctor Miolán
(Los conceptos emitidos en este artículo, son de la exclusiva responsabilidad del autor)
La derecha dominicana y conservadora en sus formas neoliberal y seudo nacionalista después de las elecciones del 19 de mayo ha salido como el pavo real(moviendo sus colas brillantes), pero sabe que ese brillo y elegancia prepotente no le durará mucho; porque las estructuras políticas, culturales (entiéndase, la religión como parte de la cultura y del chantaje sobre las conciencia popular sus efectos son pocas duraderas, en particular para los protestantes, pero muy arraigados por el dominio histórico del catolicismo sobre la población dominicana). Eso tiene su peso político en muchos casos transitorios, la experiencia dominicana así lo ha demostrado históricamente.
En estos últimos tiempos líderes religiosos como Carlos Peña y Ezequiel Molina llevan la batuta del discurso neoconservador. Estos tienen cierto dominios sobre un segmento de la población dominicana. Son parte de ese rancio nacionalismo anti-haitiano, al cual hay que enfrentar.
Me pregunto: ¿No hay del otro lado de la isla, católicos y protestantes?
Claro que sí. Entonces en este caso surte sus efectos: la hipocresía de forma hiperbólica.
Solo que ese recurso discursivo lo utilizan para confundir y manipular la conciencia popular dominicana; el capitalismo como religión, como escribió el filósofo alemán Walter Benjamín.
El voto del pasado 19 de mayo repartido entre los religiosos y los patrioteros creció mínimamente,no como ellos esperaban; tal fue el caso del cobrador Roque Espaillat a través del PED del rancio trujillismo de Ramfis Domínguez Trujillo.
En relación al cobrador, la propia derecha conservadora en sus pleitos políticos y financieros le construyó un discurso particular de descrédito; no olvidemos la máxima dialéctica de la lucha de contrarios, en la faceta de lucha interclasista. Esta categoría se está dando y se dará, también políticamente hablando, no sólo en el caso de la derecha religiosa, también se dará dentro del natimuerto PLD, pero con mayor brío y ciertas características tempestuosa se dará en el PRM y todo su gobierno.
Esperemos los discursos de logias entre los perremeístas, quienes en poquísimo tiempo arrancarán como caballos desesperados de la gatera hacia la carrera de precandidaturas presidenciales.
Su líder y presidente, Luis Abinader, en su discurso le hizo saber que no trabajará por una nueva reelección y pondrá un candado a la constitución. Me permito dudar, porque creo este discurso es solo un experimento, un termómetro político, porque puede ser que al no cumplirse las expectativas electoral interna, entonces vendrá el mesías salvador: Luis Abinader; y se verá en la obligación de romper el candado a la constitución, por lo que se verá obligado por la historia (su historia) a una nueva reelección.
Esto lo planteo, porque en política nada está escrito, sino que se escribirá según las circunstancias y, en el caso dominicana, la derecha política se la sabe jugar construyendo su discurso justificador y legalizador de sus propósitos y objetivos de poder.
Nueva York