1 comentario en «Las Reformas Fiscales y la Herencia del Déficit Fiscal»

  1. Desde una perspectiva económica centrada en la República Dominicana, es esencial destacar cómo el déficit cuasi-fiscal (DCF) del Banco Central y el déficit del Sector Público No Financiero (SPNF) han impactado estructuralmente la economía del país, especialmente en los períodos señalados (2009-2012).

    El déficit cuasi-fiscal (DCF) se refiere principalmente a las pérdidas derivadas de las operaciones del Banco Central y su relación con la deuda pública. Este tipo de déficit en la República Dominicana ha sido una fuente de presión sobre las finanzas públicas, ya que el crecimiento sostenido de la deuda cuasi-fiscal durante esos años (2009-2011) muestra una tendencia preocupante. Con valores que oscilaron entre el 4.0% y el 4.4% del PIB, el DCF fue, y sigue siendo, un lastre significativo para la sostenibilidad de las cuentas fiscales del país.

    En el 2012, la situación fiscal se agravó por el ciclo electoral y la expansión descontrolada del gasto público. Como bien señalas, durante ese año, los gastos de capital prácticamente se ejecutaron en su totalidad antes de concluir el año, con un 97.38% del presupuesto gastado ya para julio, lo cual es indicativo de una falta de planificación y control financiero. Esta situación dejó a la administración entrante de Danilo Medina con un reto fiscal considerable, pues recibió un país con un déficit equivalente al 5.9% del PIB. Este tipo de comportamiento procíclico, en el que los gastos aumentan notablemente en años electorales, afecta la estabilidad económica a largo plazo.

    La situación empeoró con la llegada de la pandemia en 2020, cuando el presidente Luis Abinader heredó una economía debilitada, con altos niveles de deuda y un entorno global inestable. La crisis del canal de Suez, la crisis de los contenedores y la guerra entre Ucrania y Rusia crearon presiones inflacionarias que aumentaron los costos de materias primas a nivel mundial, exacerbando las dificultades locales. Este impacto inflacionario global, junto con la caída en los ingresos del turismo y la ralentización de la actividad económica, derivó en una mayor necesidad de ajustes estructurales.

    A pesar de la crítica situación, es importante resaltar que la estabilidad macroeconómica dominicana ha estado tradicionalmente sostenida por una serie de factores clave, como el crecimiento continuo del sector turístico, las remesas y la inversión extranjera directa. Sin embargo, una reforma fiscal integral es necesaria para garantizar una mayor equidad en la recaudación y una distribución más eficiente del gasto público. También se debe poner mayor énfasis en la reducción del gasto superfluo y en la mejora de la eficiencia en la ejecución presupuestaria para evitar un endeudamiento insostenible que siga deteriorando las finanzas públicas.
    Leonardo Marrero Ramírez Junior.

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