
Ni el seguidor más optimista de los Philadelphia Eagles podría haber imaginado el desenlace de la Super Bowl LIX. El equipo de Nick Sirianni aniquiló a los Kansas City Chiefs (40-22), en un encuentro memorable en el que desdibujaron a Patrick Mahomes. Los Eagles, con una defensa imperial, vengaron la derrota de hace dos años en la Super Bowl e impidieron un ‘threepeat’ inédito en la historia de la NFL. El segundo anillo para Philadelphia tras el logrado en 2018 y la consagración de un equipo completísimo en todas sus líneas.

Mahomes fue un juguete en manos de la defensa de Philly, que dejó el partido visto para sentencia ya en la primera mitad. El quarterback completó uno de los peores encuentros de su carrera, siendo placado hasta en seis ocasiones por primera vez, con dos intercepciones y un fumble perdido. Una sombra del jugador al que nos tiene acostumbrados.
Y si la defensa se exhibió, también lo hizo Jalen Hurts (17/22, 221 yardas, 1 TD), MVP de la noche, que desarmó el plan de Steve Spagnuolo, guiando con maestría a su ataque. Además, fue el encargado de inaugurar el electrónico con el característico Tush Push, jugada marca de la casa de los Eagles (7-0).
En el siguiente drive ofensivo, Hurts cometió su único error, siendo interceptado cuando los Eagles tenían en su mano el field goal. Un contratiempo que la defensa se encargó de contrarrestar volviendo a sacar del campo a Mahomes. Philadelphia amplió la ventaja mediado el segundo cuarto (10-0) y llegó entonces el punto de inflexión de la noche.
Mahomes fue interceptado por primera vez después de 298 lanzamientos. El rookie Cooper DeJean celebró su 22º cumpleaños con una acción que desató la locura entre los aficionados de los Eagles, mayoría en el Superdome de New Orleans. Su touchdown (17-0) fue un preludio de lo que estaba por llegar.
Y es que el quarterback volvió a ser interceptado con otro error impropio de su nivel. Los Eagles aprovecharon la posición de campo privilegiada en la yarda 13 para establecer el 24-0 al descanso con touchdown de Brown. Una primera parte dantesca por parte de los hombres de Reid, con tan solo un primer down.
El show de Kendrick Lamar no alteró los ánimos de los chicos de Sirianni. Kansas City empezó atacando y la secuencia ofensiva acabó como la mayoría de las anteriores: tres y fuera. Los Eagles incrementaron la ventaja con otra patada de Elliott (27-0) y un envío magistral de Hurts a la endzone para DeVonta Smith (34-0).
El ataque de Kansas City pisó campo rival por primera vez a falta de dos minutos para el tercer cuarto. Algo inaudito. Worthy maquillaba el marcador (34-6) pero los Eagles rápidamente abortaron cualquier atisbo de reacción provocando el fumble de Mahomes en el siguiente drive ofensivo.
El último cuarto fue un trámite en el que los Eagles disfrutaron cada segundo de su histórico desempeño y Kansas City se esforzó para maquillar el resultado hasta el 40-22 final. Tal fue el dominio de Philadelphia, que no le hizo falta la mejor versión de su puñal Saquon Barkley, que acabó con 57 yardas en 25 carreras.
Fuente MUNDO DEPORTIVO