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Lo han probado en cáncer de hígado, y funciona. Los científicos esperan que «esta tecnología ARNm revolucione la medicina de precisión», pues produce 200 veces más proteínas dirigidas a las células cancerosas que las técnicas actuales
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En la actualidad, los principales tratamientos genéricos contra el cáncer son la radioterapia o la quimioterapia. Estas terapias pueden ser muy eficaces en algunos casos, pero sus efectos secundarios pueden resultar devastadores. El principal problema de la «quimio» es que no elige a qué células ataca, sino lo hace de forma «indiscriminada», sin distinguir entre las que son cancerosas y las que no.
Ahora bien, imagine un tratamiento para el cáncer que logre atacar sólo a las células malignas, dejando a salvo a las células sanas del huésped. O una terapia para pacientes con una síntesis proteica anormal que consiga que produzcan proteínas sanas.
Pues bien, un equipo de investigadores japoneses afirma haber desarrollado un método eficaz para ambas aplicaciones: cáncer y otras patologías en las que existe un mal funcionamiento de las proteínas.
El equipo, dirigido por el doctor Hiroshi Abe y formado por científicos de la Universidad de Nagoya (Japón) afirma haber identificado una nueva tecnología que supondrá un antes y un después en el tratamiento del cáncer, que además tiene menos efectos secundarios negativos que los métodos disponibles en la actualidad.
«Se espera que esta tecnología revolucione la medicina del ARNm, incluida la terapia con anticuerpos, la edición del genoma y la terapia de sustitución de proteínas», afirma Abe. El inconveniente para este tipo de soluciones hasta ahora es que los tratamientos dirigidos con ARNm que solo atacan a las células cancerosas suelen tener un enfoque muy específico.
Esto significa que solo funcionan en tumores muy concretos o, incluso, que se ha diseñado para un paciente único (a la que se extraen glóbulos y se diseña una inyección única para ella) o en tumores muy concretos.
«El ARNm actual es fundamentalmente inestable, por lo que requiere inyecciones constantes para ser utilizado en tratamientos como la sustitución de proteínas, un problema que nuestra técnica supera. Con ella [la nueva técnica] podríamos tratar enfermedades causadas por una síntesis proteica anormal, como la distrofia muscular de Duchenne», manifiesta.
Su innovador método, cuyos resultados se publican en la revista científica Nature Biotechnology se denomina «mecanismo de Traducción Iniciada por Capuchón Interno (ICIT, por sus siglas en inglés)». A grandes rasgos, la técnica introduce una novedosa forma de «encender» la síntesis de proteínas sólo en las células diana, creando proteínas sanas para tratar enfermedades o proteínas tóxicas para eliminar células no deseadas.
Una nueva forma de captar el ARNm circular
ICIT se basa en la promesa de los ARNm circulares, una nueva generación de tratamientos con ARNm conocidos por su estabilidad y sus reducidos efectos inflamatorios en comparación con los ARNm lineales tradicionales. A diferencia de los ARNm lineales, los ARNm circulares son menos susceptibles a la degradación enzimática debido a su falta de estructuras terminales, lo que ofrece un proceso de traducción sostenido.
Sin embargo, un reto importante de los ARNm circulares ha sido la ineficacia de su traducción dentro de los organismos vivos. Los métodos anteriores se basaban en largos sitios internos de entrada al ribosoma (IRES) para introducir el ARNm, que eran difíciles de optimizar y a menudo ineficaces. El equipo de Abe superó este obstáculo introduciendo una estructura de casquete en el propio ARNm circular. Esta estructura interna desencadena el inicio de la traducción, obviando la necesidad de secuencias IRES, y mejora significativamente la eficiencia de la síntesis proteica.
Nueva terapia de precisión contra el cáncer
Abe y sus colegas desarrollaron dos diseños. Entre ambos, el Cap-circRNA demostró un rendimiento superior, sintetizando hasta 200 veces más proteínas que los ARNm circulares con secuencias IRES utilizados habitualmente.
Pero lo que es más importante, es que esta síntesis persistió durante un largo periodo, incluso después de que las estructuras tradicionales de ARNm empezaran a degradarse. Esta estabilidad y capacidad para dirigirse selectivamente a las células hacen del Cap-circRNA un candidato ideal para desarrollar nuevas terapias de precisión.
Ya se ha probado en cáncer de hígado
La capacidad del mecanismo ICIT para controlar la traducción de proteínas a nivel unicelular también ofrece un enfoque transformador para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades específicas de los tejidos. Al dirigirse a marcadores de ARN específicos muy expresados en las células enfermas, como los del cáncer de hígado, el ARNm puede ordenar la síntesis de proteínas sólo en las células diana.
Esta precisión reduce el riesgo de efectos no deseados y reacciones secundarias, problemas habituales en los tratamientos actuales. Para probar su eficacia, el equipo diseñó un ARN circular mediante ICIT dirigido al lncARN HULC, un ARN que suele encontrarse en las células del cáncer de hígado. La presencia del lncARN HULC multiplicó por más de 50 la síntesis de proteínas, lo que pone de manifiesto la capacidad de los ARN-ICIT para diferenciar células cancerosas individuales de células normales.
«Este avance allana el camino para desarrollar fármacos de ARNm que se dirijan selectivamente a las células enfermas sin efectos adversos», afirma Abe. «Utilizando un biomarcador de células cancerosas, podríamos diseñar un ARNm que exprese una proteína tóxica sólo en las células cancerosas. La muerte celular programada podría entonces inducirse mediante citocinas».
El estudio también sugiere que mecanismos similares de control de la traducción podrían darse de forma natural en las células a través de la interacción de ARN no codificantes largos y ARNm. La comprensión de estos procesos podría conducir a nuevos enfoques terapéuticos para diversas enfermedades. El descubrimiento del equipo de Abe supone un avance significativo en la medicina del ARNm y abre interesantes posibilidades para el futuro de la atención sanitaria personalizada y precisa.
Fuente: La Razón