
Las imágenes del accidente naviero mostraron llamas y una enorme columna de humo surgiendo del petrolero
El Mar del Norte se cubrió ayer de una inmensa mancha negra tras la colisión entre un petrolero, con grandes toneladas de combustible para el ejército estadounidense, y un carguero, con contenedores de cianuro de sodio, lo que provocó una serie de explosiones frente a la costa inglesa de Yorkshire, donde el combustible tiñe ahora las aguas.
Los 37 miembros de las respectivas tripulaciones fueron rescatados y trasladados hasta la localidad de Grimsby, el puerto más cercano al lugar del accidente. Al cierre de esta edición, la mayoría sufrían heridas leves, aunque una persona tuvo que ser hospitalizada.
El petrolero, el MV Stena Immaculate, era uno de los diez que participan en el programa de abastecimiento del ejército estadounidense para sus misiones en el exterior. La empresa estadounidense de logística que lo gestiona es Crowley, mientras que la propietaria de la embarcación es la sueca Sena Sphere, controlada por la multimillonaria familia Olsson.
Autoridades del Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmaron que transportaba combustible para el ejército, pero restaron importancia a la pérdida ocasionada por el accidente. “La colisión y las subsiguientes explosiones no tendrán impacto alguno en operaciones en curso o en la respuesta de combate”, señalaron.
El otro buque involucrado es el carguero Solong, con bandera portuguesa, cuya mercancía incluía quince contenedores de cianuro de sodio, un material químico que se usa para limpieza de metales, extracción y fotografía. Una exposición a esta sustancia puede provocar mareos, dolores de cabeza y cambios en el ritmo cardiaco, según la Agencia para la Seguridad de la Salud del Reino Unido.
El incidente tuvo lugar a primera hora de la mañana. El petrolero estaba anclado cerca de la localidad de Hull, frente al estuario Humber, mientras que el Solong viajaba del puerto escocés de Grangemouth al de Róterdam (Países Bajos).
Crowley, la compañía naviera que gestiona el MV Stena Immaculate, explicó que hubo «múltiples explosiones a bordo» cuando el petrolero sufrió la rotura de un tanque de carga. “Todos los marineros de Crowley están a salvo y completamente contabilizados. Se inició de inmediato un plan de respuesta de emergencia para buques y se está trabajando activamente con agencias públicas para contener el incendio y asegurar el buque. Nuestra primera prioridad es la seguridad de las personas y el medio ambiente. Proporcionaremos más actualizaciones a medida que haya información disponible”, matizó la empresa en un comunicado.
La División de Investigación de Accidentes Marítimos envió ayer a un equipo para «recoger pruebas». Aunque la investigación podría «tomar varias semanas, si no meses». La Guardia Costera británica ha puesto en marcha el mecanismo “para calcular el nivel de respuesta contra una posible contaminación”, a consecuencia de potenciales vertidos. No obstante, al cierre de esta edición, matizaron que el accidente todavía estaba en fase de resolución, por lo que aún es pronto para realizar ese tipo de evaluaciones.
Un portavoz de Greenpeace UK señaló que el posible daño medioambiental dependerá “de la cantidad y tipo de combustible transportado, del fuel que tenían en sus depósitos ambas embarcaciones, y de la cantidad total de todo ese material que haya acabado vertido en aguas marinas”.
David McFarlane, director de Marine Risk and Safety Consultants, explicó que las embarcaciones llevan varios sistemas de advertencia, incluido el radar y la bocina, para prevenir este tipo de colisiones. “Se tendrían que haber visto entre sí a través del radar. Los barcos pueden ver e identificar a otro barco a través de este sistema y pueden llamarlos a través de una radio de muy alta frecuencia y preguntarles qué están haciendo”, matizó. Un barco es visible en el radar de otro barco a una distancia de hasta 24 millas. No obstante, según el experto, “no te pones nervioso hasta que ves al otro barco a unas cuatro millas de distancia, dependiendo de la velocidad”.
Si el otro barco no respondiera por radio, tienen un sistema de advertencia de último minuto, la bocina. “Se puede escuchar a millas de distancia”, apunta. Con todo, si un barco está anclado -tal y como apuntan los informes iniciales del Stena Immaculate- podría tardar hasta una hora en levantar el ancla. McFarlane dijo que era demasiado pronto para especular sobre lo que sucedió, pero apuntó que el error humano suele ser el culpable de las colisiones que cada año hay en todo el mundo, entre 200 y 300.
Las imágenes del accidente naviero mostraron llamas y una enorme columna de humo surgiendo del petrolero. La otra embarcación también resultó incendiada. La ministra de transporte del Reino Unido, Heidi Alexander, dijo estar “preocupada por la colisión”. “Estoy en contacto con los funcionarios y la Guardia Costera a medida que se desarrolla la situación. Quiero agradecer a todos los trabajadores de los servicios de emergencia involucrados por sus continuos esfuerzos para responder al incidente”, señaló.
Por su parte, el responsable del ayuntamiento de Hull, Mike Ross, explicó que “las escenas en la costa este de Yorkshire son profundamente impactantes”. “Mis pensamientos están con todos los afectados. Ahora habrá esfuerzos masivos de respuesta de emergencia de personas de toda la zona y más allá. Trabajaré con el equipo urgentemente para hacer todo lo que podamos para apoyar la respuesta necesaria”, matizó.
Fuente: La Razón