
Más allá del ámbito sindical
Los conceptos emitidos en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor |
- La tragedia en la discoteca Jet Set
- Los enclaves haitianos en la esplendorosa Punta Cana
¿Son culpables los muertos y mutilados por lo ocurrido en la madrugada del martes en la discoteca Jet Set?
¿Es acaso Dios el responsable, por haberlos destinado —según algunos— a morir aplastados por bloques de emento?
Si nos dejamos llevar por ciertos analistas y comunicadores, cómodamente atrincherados en distintos medios, podríamos llegar a creerlo. Pero la verdad es otra.
Los verdaderos responsables son, en primer lugar, los propietarios del establecimiento; en segundo, las empresas contratadas para realizar trabajos que convirtieron ese centro de entretenimiento en una trampa mortal; y en tercer lugar, las autoridades estatales, que han permitido que la supervisión de espacios privados de uso público dependa únicamente de la voluntad de sus dueños.
No puedo enumerar todos los casos similares con consecuencias fatales, pero cualquiera que se interese en conocer la verdad sabe que jamás se ha procesado a nadie por hechos como este. Aun así, la sociedad espera respuestas: compensación por los daños materiales y, sobre todo, justicia por las vidas perdidas y las lesiones sufridas.
Este suceso desvió la atención de otra realidad igual de preocupante, acontecida en nuestro principal polo turístico del Este. Detrás de la deslumbrante Punta Cana —más conocida en algunos sectores del extranjero que la propia República Dominicana— existen asentamientos con nombres como Hoyo de Friusa, El Pequeño Haití, Mata Mosquito, Villa Pley o Cozobo. Estos enclaves crecen sin regulación, al margen de la ley y del control de los gobiernos que hemos tenido desde la década de 1990.
Como sindicalistas, respaldamos y somos solidarios con los trabajadores migrantes, sin importar su nacionalidad: haitianos, paquistaníes, africanos. Nos mueve el deber humano de la solidaridad. Sin embargo, también es justo preguntarse: ¿quién los trajo? ¿Quién se benefició de su llegada?
Si aceptamos que el objetivo central de toda inversión es maximizar beneficios, la respuesta es evidente. Aun así, dejo planteada la pregunta para aquellos que, cultivando la mentira, intentan culpar al movimiento sindical por el desorden migratorio que afecta al país.
Rafael-pepe-Abreu
Presidente