
El conjunto francés se medirá al Inter el 31 de mayo tras eliminar al Arsenal, ganando también el partido de París gracias a un Donnarumma trascendental
Nada deleita más a Luis Enrique, esencia troncal de su carácter, que demostrar que siempre tuvo razón mientras la platea le abucheaba en sus momentos de mayor debilidad. Los triunfos justifican su puesto de trabajo, pero la autorreivindicación es la proteína de su dieta vital.
Le mataron cuando despreció el adiós de Mbappé, cuando castigó a su heredero Dembélé, cuando relegó y después enseñó la puerta a Kolo Muani. Hoy, todos esos episodios anticlimáticos convergen para encontrar su sentido en el relato que ha ido dibujando el asturiano en el Parque de los Príncipes durante los dos últimos años. Porque hoy, el PSG es finalista de la Champions 2025.
En París, en casa, refrendó este miércoles el 0-1 logrado ocho días atrás en Londres. Sufrió a ratos, claro, porque el Arsenal es un equipo mayúsculo, como demostró en cuartos de final para el Real Madrid, pero Donnarummaapareció en los momentos de trance inglés para negarle la gloria a los de Mikel Arteta. Fabián y Achraf atinaron en la portería contraria para que el PSG se cite con el Inter en la final del 31 de mayo en Múnich. De ella, saldrá el primer campeón de la Champions desde 2010, año del último título ‘interista’, que no es ni español, ni inglés, ni alemán.