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Juan Cuevas
Abogado, Político y escritor
“Al PRD solo lo vence el PRD” –decía Peña Gómez. Lo mismo ha sucedido con el PLD, no hace falta escribir historia patria: divisiones, abandonos, corrupción, traiciones, etc. Todo desde dentro. Aun así, el PLD sigue en el corazón del pueblo y lo aclama para el 2028. Un pueblo que viene “clamando en el desierto” –como Juan el Bautista, ante el desastroso gobierno de Abinader. Un pueblo que vocifera: “Con el PLD vivíamos mejor”, “El PLD sí sabe gobernar” entre otros eslóganes. Y que demanda de los precandidatos peledeístas tener los oídos bien cercanos al pueblo.
En el venidero proceso electoral de 2028, el PLD solo se podrá salvar a sí mismo, en primer lugar; si logra unificarse alrededor de un candidato presidencial, y, en segundo lugar; que los dominicanos asuman ese candidato como un ganador. Recordar “Al dominicano no le gusta perder, ni jugando piedrita”. Si algún precandidato intenta imponerse o generar división, ignorando las demandas de la población, no habrá nada más que buscar en el año 2028, y tal comportamiento será juzgado por la historia.
Significa que, sorteado las dos condiciones antes planteadas, el PLD, en principio aseguraría ganancia de causa para el 2028. No. Resultaría errático e infantil afianzar una victoria basado solamente en estas dos hipótesis. Que, sin ánimo de jugar a “Pitoniso”, existe un tercer factor que subyace en el ambiente político, las consideraciones de voces mediáticas que proyectan un panorama futuro en el que Leonel Fernández sería el máximo beneficiario ante una división o apoyo de Abinader. Análisis nada descartable, visto el comportamiento de Leonel Fernández, respecto de sus alianzas con el presidente perremeista. Análisis no descartable, que no dejan de ser puras elucubraciones. Pero que el PLD debe tener como una variable posible del futuro escenario.
Al igual que en cualquier proceso similar, un cuarto elemento gravitará en el escenario del 2028, que será el movimiento que generan los poderes fácticos del país en la balanza política. No nos llamemos a engaños. Esto, sin desdeñar la importancia a los efectos políticos y mediáticos que se puedan desprender de las siguientes interrogantes: ¿A qué candidato o partido apoyará el sector empresarial? ¿A quién apoyará el presidente Abinader dentro de su partido? Si el presidente Abinader, apoyase al Leonel en busca de protección ¿Se dividiría el PRM? ¿A quién beneficiaría una posible división del PRM?
De momento, no elucubremos más y como simples mortales, esperemos. Condición que no se puede permitir el candidato que resultare ganador en las internas peledeístas, y mucho menos la alta dirección del PLD, quienes deberán anticipar movimientos y adelantar jugadas. Y advierto, no cabe en esta ecuación, un gobierno de alianza con Leonel Fernández, si él no es el candidato de ambas fuerzas. Masturbaciones mentales en ese sentido no caben, “Leonel solo apoyará a Leonel”. Y la verdad, en esto último desearía por el bien de nuestro país, equivocarme rotundamente al respecto.