
Este reflejo físico puede surgir durante situaciones emocionales como el miedo o la excitación
La piel de gallina, también llamada piloerección, es un reflejo fisiológico que ocurre cuando los pequeños músculos situados en la base de cada folículo piloso se contraen, provocando que el vello se erice y la piel adopte una textura granulada.
Este mecanismo está controlado por el sistema nervioso simpático, responsable de la respuesta corporal de «lucha o huida», según explica un artículo de la Harvard Health Publishing (Shmerling, 2020).
Un reflejo con raíces evolutivas
En animales con pelaje abundante, la piloerección tiene dos funciones claras: conservar calor atrapando aire junto a la piel y aparentar un mayor tamaño para ahuyentar depredadores.
En el caso de los humanos, donde el vello corporal es menos denso, la reacción tiene un carácter residual. Así lo recoge el informe «Bodily Functions Explained: Goosebumps» de Pfizer (2020), que subraya el origen evolutivo del fenómeno.
Más que frío: también emociones

Aunque se asocia con las bajas temperaturas, la piel de gallina puede surgir en situaciones emocionales intensas, como miedo, excitación o incluso al escuchar música conmovedora.
El fenómeno, conocido como frisson, ha sido estudiado por investigadores de la Universidad de Viena, quienes hallaron que la piloerección emocional se acompaña de cambios fisiológicos como aceleración cardíaca y conductancia de la piel (McPhetres, 2022, The physiological study of emotional piloerection, Aarhus University).
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology analizó cómo las lágrimas pueden coincidir con la piel de gallina en momentos de máximo clímax emocional, como escenas de películas o piezas musicales, generando lo que los autores llaman un «pico psicofisiológico«.
Fuente Diario Libre







