
Ahora lo vinculan con esta otra patología
Un estudio internacional presentado en el congreso anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), celebrado en Viena, ha confirmado que el tabaquismo incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en cualquiera de sus subtipos. Esta investigación, llevada a cabo por expertos de Suecia, Noruega y Finlandia, añade que quienes poseen una predisposición genética a la enfermedad muestran una mayor sensibilidad a los efectos perjudiciales del consumo de tabaco.
Desde hace algún tiempo, se ha sugerido que la diabetes tipo 2 puede dividirse en cuatro subtipos con características clínicas distintas: SIRD, asociado a una resistencia severa a la insulina; SIDD, caracterizado por una deficiente producción de insulina; MOD, vinculado con la obesidad y de inicio más temprano; y MARD, que suele aparecer en edades más avanzadas. Si bien se sabe que la gravedad y el riesgo de complicaciones varían entre estos subgrupos, no estaba claro si sus factores de riesgo también lo hacían.
Con el objetivo de arrojar luz sobre esta cuestión, Emmy Keysendal, doctoranda en el Instituto Karolinska de Estocolmo, lideró un estudio que examinó el vínculo entre el consumo de tabaco y la aparición de los distintos subtipos de diabetes tipo 2. Para ello, se analizaron los datos de 3.325 pacientes diagnosticados con la enfermedad (495 con SIDD, 477 con SIRD, 693 con MOD y 1.660 con MARD), comparándolos con 3.897 personas sin diabetes, utilizando información de un amplio estudio longitudinal en Noruega —con un seguimiento promedio de 17 años— y otro caso-control en Suecia.
Los resultados indicaron que tanto fumadores actuales como antiguos presentaban un mayor riesgo de desarrollar cualquiera de los cuatro subtipos en comparación con quienes nunca habían fumado. La asociación más significativa se observó en el subtipo SIRD. Los fumadores ocasionales, por ejemplo, duplicaban el riesgo de desarrollar esta forma de diabetes (con una probabilidad 2,15 veces mayor), mientras que el incremento del riesgo en los subtipos SIDD, MOD y MARD fue más moderado (del 20 %, 29 % y 27 %, respectivamente).
Asimismo, se calculó que el hábito de fumar podría estar detrás de más de un tercio de los casos de SIRD, en tanto que en los otros subtipos la proporción atribuible era inferior al 15 %.
El consumo elevado de tabaco –definido como igual o más de 15 paquetes-año– elevó aún más las probabilidades de desarrollar cualquiera de los subtipos. En estos casos, el riesgo de sufrir SIRD fue 2,35 veces mayor; mientras que para los subtipos SIDD, MOD y MARD el incremento fue del 52 %, 57 % y 45 %, respectivamente.
Otro dato relevante surgió del análisis de hombres suecos que consumían snus —un tabaco sin humo muy extendido en Escandinavia—. En ellos, un consumo excesivo de este producto se asoció a un aumento del 19 % en el riesgo de SIDD y del 13 % en el de SIRD, frente a quienes nunca lo habían utilizado.
El estudio también examinó la interacción entre el tabaquismo y la predisposición genética a la diabetes tipo 2, en particular en personas con secreción deficiente de insulina o resistencia a la insulina. Se observó que los fumadores intensivos con riesgo genético elevado presentaban una vulnerabilidad especialmente alta. Por ejemplo, quienes combinaban un consumo elevado de tabaco con una predisposición genética a una secreción baja de insulina tenían más de tres veces el riesgo de desarrollar SIRD (riesgo multiplicado por 3,52) frente a quienes no presentaban esos factores.
La investigadora principal subrayó: «Está claro que fumar aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2 independientemente del subtipo, es decir, independientemente de si la diabetes se caracteriza por resistencia a la insulina, falta de insulina, obesidad o vejez». Añadió que la conexión más intensa se observó en el subtipo SIRD, lo cual sugiere que el tabaco podría perjudicar directamente la capacidad del organismo para responder a la insulina.
Concluyó afirmando que los resultados refuerzan la necesidad de abandonar el tabaco como medida preventiva frente a la diabetes tipo 2. Además, señaló que el análisis genético podría servir para identificar a quienes se beneficiarían de forma prioritaria de estrategias reforzadas para dejar de fumar.
Fuente EL DEBATE