
Lucas Martin, un estudiante británico de 21 años recién graduado en Negocios Internacionales por la Universidad de Liverpool, falleció el 12 de septiembre de 2023, menos de una semana después de presentar síntomas que él y su familia creyeron que se trataban de una gripe común. El caso, inicialmente confundido con la llamada “fresher’s flu” —término utilizado en el Reino Unido para los resfriados típicos del inicio del curso universitario—, resultó ser una meningitis, una enfermedad grave que afecta las membranas del cerebro y la médula espinal.
Según su hermano mayor, Connor, Lucas no mostró los síntomas clásicos de la meningitis, como erupciones cutáneas o sensibilidad a la luz, lo que dificultó un diagnóstico temprano. Los síntomas, similares a los de un resfriado, aparecían y desaparecían, dando la impresión de que estaba mejorando. Lucas pasó sus últimos días en casa, en la Isla de Man, trabajando y planificando su futuro tras la graduación.
La alarma se encendió cuando el padre de Lucas notó por teléfono que su hijo estaba confuso y diciendo cosas incoherentes. Como los padres se encontraban fuera de la ciudad y el hermano en otra región, un tío acudió a la vivienda y encontró al joven en estado crítico. Fue trasladado de urgencia al hospital, donde los médicos confirmaron el diagnóstico de meningitis y lo colocaron en coma inducido. Pocos días después, falleció.
Devastada por la pérdida, la familia decidió transformar el dolor en conciencia. Crearon la organización Looky’s Aid, con el objetivo de informar al público sobre los riesgos de la meningitis y la importancia de no subestimar los síntomas similares a los de una gripe. “Si estás preocupado, actúa. No lo descartes como una simple gripe”, advirtió Connor, insistiendo en que un diagnóstico precoz puede salvar vidas.
El caso, inicialmente confundido con la llamada “fresher’s flu” —término utilizado en el Reino Unido para los resfriados típicos del inicio del curso universitario—, resultó ser una meningitis, una enfermedad grave que afecta las membranas del cerebro y la médula espinal.
Fuente JETSS ESPAÑA