
El comienzo de Lewis Hamilton como piloto de Ferrari no ha sido el que imaginaban ni Maranello ni el propio campeón. Le está costando domar un monoplaza que no responde a su estilo, mientras Charles Leclerc continúa siendo la punta del proyecto italiano. Y la prensa internacional ya insinúa que el vínculo podría romperse pronto si no hay una mejora notable. La ilusión inicial ha mutado en preocupación silenciosa.
Espn asegura que Ferrari no contempla extender su contrato una vez finalice en 2026, cuando Hamilton cumplirá 41 años. Sin embargo, el británico tiene una ventaja contractual que pocos conocen: una cláusula unilateral para ampliar la relación un año más sin necesidad de aprobación del equipo. En pocas palabras, Lewis tiene el control total de su destino más allá del próximo curso.
El rendimiento en pista está siendo irregular, aunque hay luces entre tantas sombras. En México, Hamilton estuvo a punto de lograr su primer podio de rojo, pero una salida comprometida, maniobras al límite y una sanción de diez segundos borraron su gran clasificación. Los detalles siguen decantando todo hacia el lado equivocado en esta nueva aventura deportiva.

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Mientras tanto, en 2026 se acerca un cambio de reglamento que reseteará la Fórmula 1. Nuevos coches, nueva aerodinámica y un nuevo concepto de pilotaje que podría servirle a Hamilton para reencontrarse con su esencia. Y ahí estará la clave: si Ferrari acierta, el británico podrá volver a soñar con la gloria; si no, podría convertirse en un adiós sin épica.
Ferrari necesita un coche campeón para recuperar su ADN ganador. Hamilton necesita volver a sentirse un depredador en la pista. Todo converge en un mismo veredicto: 2026 decidirá si este amor fue pasajero o la mayor historia de redención que se haya visto en el deporte. El tiempo corre y ni la leyenda es inmune al reloj.
Fuente MUNDO DIARIO







