
Los conceptos emitidos en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor
Por: Becker E. Márquez Bautista
Recientemente, el senador del Distrito Nacional por la Fuerza del Pueblo (FP), Omar Fernández, depositó una resolución para que se aplique la indexación salarial en la República Dominicana. Esta propuesta ha revivido un debate económico esencial para el bolsillo de cada dominicano.
Pero, ¿qué es la indexación salarial? ¿Cómo se aplica en el país? Y, lo más importante, ¿cuáles son sus beneficios y riesgos? En este artículo te lo explicamos.
Entendiendo la Indexación: El Escudo Anti-Inflación
La inflación es ese fenómeno silencioso que hace que el dinero en nuestros bolsillos valga cada vez menos. Para combatir esta pérdida, la indexación salarial es un ajuste automático de su sueldo, diseñado como un «escudo» para proteger a los trabajadores.
Funciona así: si el costo de la vida sube (es decir, hay inflación), su salario nominal sube en la misma medida o en una proporción acordada. El índice más utilizado para medir este aumento es el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Banco Central.
El Objetivo: Asegurar que usted, al final del mes, pueda seguir comprando la misma cantidad de alimentos o servicios, sin que la inflación le robe poder adquisitivo.
Contexto Dominicano y Latinoamericano
Históricamente, la República Dominicana tiene un antecedente de indexación enfocado en el área fiscal:
Un Dato Clave: La indexación en la República Dominicana se rige principalmente por el Artículo 327 del Código Tributario (Ley 11-92), que establece que el Poder Ejecutivo debe ordenar ajustes anuales por inflación en los tramos del Impuesto sobre la Renta (ISR) basándose en el IPC. Sin embargo, la aplicación de esta indexación se ha interrumpido y suspendido en varias ocasiones, a pesar del mandato legal.
A nivel regional, la gestión de esta herramienta es una lección de cautela: tras la experiencia de países como Brasil con las espirales precios-salarios, la región ha tendido a evitar la indexación total. Aunque el IPC sigue siendo la referencia fundamental para negociar ajustes y proteger al salario mínimo, se prioriza el uso de negociaciones periódicas sobre los mecanismos automáticos, buscando el equilibrio.
Las Ventajas: ¿Por qué la Quieren los Trabajadores?
La indexación salarial ofrece beneficios directos y tangibles:
Poder Adquisitivo Garantizado: Es la ventaja más importante. Al haber un ajuste automático, los trabajadores no pierden dinero real. Esto es vital para las familias de ingresos fijos que no tienen margen de ahorro.
Paz Social y Estabilidad Laboral: Al saber que sus salarios se ajustarán automáticamente, se reduce la necesidad de huelgas y largas negociaciones sindicales anuales para exigir compensaciones.
Equidad: Actúa como un mecanismo redistributivo que garantiza que los más vulnerables no carguen con todo el peso de la inflación.
Los Contras: ¿Por qué Preocupa a los Economistas?
A pesar de sus beneficios sociales, muchos economistas ven la indexación como un riesgo por su potencial para convertirse en un catalizador de la inestabilidad:
El «Círculo Vicioso» de la Inflación: Este es el gran temor. Si los salarios suben por la inflación pasada, las empresas enfrentan mayores costos y suben los precios de sus productos, lo que dispara una nueva ronda de inflación. Se crea una inercia inflacionaria difícil de detener.
Pérdida de Empleo: En épocas de crisis, si la indexación impide a las empresas reducir los costos salariales reales para mantenerse competitivas, la única vía que les queda es reducir el personal, lo que puede aumentar el desempleo.
Rigidez Económica: Un sistema de indexación excesivamente estricto impide que la economía se adapte rápidamente a shocks externos (como el aumento del precio del petróleo o una crisis global).
En Conclusión: Un Delicado Equilibrio
La indexación salarial es una herramienta poderosa que busca un equilibrio entre la justicia social (proteger al trabajador) y la estabilidad económica (mantener los precios bajo control).
El desafío para el Gobierno dominicano y el Congreso, al evaluar la propuesta de Omar Fernández, será encontrar la dosis justa: proteger al trabajador sin condenar a la economía a un ciclo perpetuo de subida de precios.
La propuesta del senador Omar Fernández no debe ser vista solo como un debate técnico, sino como una prueba de fuego a la voluntad política dominicana. Es irresponsable condenar al trabajador a la eterna pérdida de su poder adquisitivo en nombre de una estabilidad macroeconómica que, en la práctica, solo beneficia a unos pocos. El desafío no es temer a la indexación, sino exigir a las autoridades monetarias que gestionen la inflación con tal eficacia que la indexación nunca tenga que ser total. El pueblo dominicano merece un escudo real: la honestidad en las cifras y la firmeza para proteger el salario sin caer en la espiral de la inercia, tal como exige el pacto social.







