
El crimen se produjo a última hora del domingo ► La víctima fue asesinada a cuchilladas.
La víctima, que tenía 42 años y regentaba una frutería en la calle Mallorca, presentaba varias heridas de arma blanca, según relató anoche un familiar. El cuerpo sin vida fue hallado en el dormitorio de la vivienda en la que residía sola.
- Varias personas han declarado en comisaría, ya que se ha tomado declaración al entorno de la víctima. Por el momento no ha trascendido que haya sospechosos. Media docena de dotaciones de la Policía Nacional llegaron al lugar del crimen pasadas las diez de la noche. Agentes de la Policía Científica tomaron huellas en el lugar, sobre todo en las escaleras del inmueble y en el dormitorio donde fue hallado el cadáver.
Los agentes, que no permitieron a los vecinos acceder al edificio mientras realizaban la inspección ocular, cortaron el tráfico en la calle Quiroga entre Río Lor y Eduardo Pondal, atravensado sendos coches policiales. Acordonaron además la acera para que nadie se acercase.
Familiares de la víctima, que no sabían nada de ella desde la mañana, contemplaron conternados su intervención durante varias horas.
Alrededor de la una y media de la madrugada los agentes continuaban la toma de muestras y un furgón judicial, tras el levantamiento del cadáver, lo trasladaba al depósito para que le practiquen este lunes la autopsia.
Crimen de As Gándaras
El último crimen ocurrido en Lugo capital tuvo lugar en febrero de 2020, en vísperas de la declaración del primer estado de alrma por la pandemia, y la víctima también fue una mujer, Clara Expósito, que fue degollada por su pareja, Francisco Javier Belda Fernández. El procesado fue condenado en julio de este año a 23 años de prisión.
En aquel caso, el crimen se produjo tras una discusión entre la víctima y su asesino, que la mató de cuatro cuchilladas en el cuello cuando la mujer estaba en el baño y en estado de intoxicación etílica, por lo que el tribunal entendió que estaba en una situación de escasísima defensa, por lo que le aplicó la agravante de alevosía por desvalimiento.
El condenado limpió el lugar del crimen, urdió una coartada con sus padres y se deshizo del arma, que fue hallada después.