- Es necesario un centro nacional odontológico integral, donde se ofrezcan servicios en todas las áreas, para todo dominicano que los necesite.
Barbara Salazar
Santo Domingo, RD.- “Antes de fruncir el ceño, asegúrese de que absolutamente no haya sonrisas disponibles”. Jim Beggs
Me acordé de esta cita de Beggs cuando conocí a Pedro Romero Reyes, un dominicano de 58 años alegre y servicial, padre de cuatro niños. Reyes ha trabajado toda su vida de manera digna, dando todo por su familia. Al verlo por primera vez, noté que tenía unas arrugas en su frente no relacionadas con su edad, sino debido a la significativa ausencia de piezas dentales. Me contó que perdió su sonrisa hace 22 años, para ser más exactos entre los 25 y 36 años de edad. Esto influyó, no solo en su sonrisa, sino también en su forma de hablar, y más importante aún, en su alimentación, trayendo consigo otros problemas estomacales, al igual que la pérdida de peso.
Desafortunadamente la historia de Reyes no es atípica o infrecuente. Billones de personas en el mundo se han visto afectadas por las enfermedades bucodentales, en su mayoría debido a la falta de acceso a un servicio dental integral. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las lesiones cariosas son las afecciones dentales más comunes en el mundo, con alrededor de unos 2,500 millones de personas afectadas, y que en conjunto con la enfermedad periodontal (enfermedad en las encías), con unos mil millones de personas por el mundo, todo lo cual trae consigo las pérdidas dentales. Por otro lado, se estima que se diagnostican alrededor de 380,000 nuevos casos de cánceres orales al año.
Esta situación que presenta la población mundial se produce mayormente en los países de bajos y medianos ingresos, como es el caso de República Dominicana. El director de Odontología del Servicio Nacional de Salud (SNS) de este país, Mario Bournigal, señala: “En promedio cada dominicano tiene siete dientes con caries”, cifra alarmante. Y más que la carga económica ocasionada por las enfermedades bucodentales es demasiado alta entre los hogares de bajos ingresos. Para un hogar dominicano, parte de la atención odontológica está disponible exclusivamente en centros sanitarios privados, y no está cubierta por el seguro médico al 100 %. Lo lamentable es que, de no tratarse a tiempo, estas lesiones dentales se extenderán y afectarán no solo el nervio dental, provocando dolor, sino también puede desarrollar infecciones en la cavidad oral; trayendo como consecuencia que estos pacientes de bajos recursos vean que su única opción sea la extracción de la pieza dañada, ya que intentar salvarla significaría más gastos para ellos.
El Gobierno actual ha tomado conciencia del problema existente, lo que se advierte por el lanzamiento del programa ‘Cero Caries’ y lo ha expresado en esos momentos por el presidente Luis Abinader, quien dijo: “Es esencial gozar de una buena salud bucodental, ya que es una parte fundamental de nuestro sistema digestivo, lo que hace que esté directamente relacionado con nuestro estado de salud generalizado”. No obstante, este programa va dirigido únicamente a los estudiantes dominicanos que acuden a colegios públicos, específicamente a los que cuentan con el programa de Alimentación Escolar en cualquiera de sus modalidades, aquellos que tengan acuerdos con el Ministerio de Educación de República Dominicana. Así se menciona en la página oficial del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie). Y aunque este programa es un buen inicio, no resulta suficiente, ya que solo están incluidas 42 escuelas para ser beneficiadas, con tan solo 30 odontólogos brindado sus servicios. Es de carácter urgente que se expanda esta cifra y, a su vez, se enfatice la importancia de un buen cepillado, como también de una buena nutrición.
Todo esto en conjunto con citas regulares al dentista, lograría un cambio esencial. El Gobierno tiene muchas formas de lograrlo, una de ellas es creando convenios con las facultades de odontología en el país. Actualmente, algunos hospitales como es el caso del Hospital Darío Contreras cuentan con servicios odontológico ofreciendo una atención integral, aunque lamentablemente las personas nunca consiguen citas, ya que los casos de urgencias son más demandantes. Aunque ya existen nuevos centros odontológicos proporcionados por el Estado, la población no está al tanto de su existencia, ni mucho menos saben cómo realizar una cita, dónde están ubicados o dónde llamar. En el caso de Reyes, él argumentó que tampoco sabía sobre la existencia de estos centros, solo de algunas jornadas que han realizado durante los años, pero como el argumento “es algo que dura par de días y después más nunca”.
Los tratamientos curativos o atención de emergencia deberían ser expandidos, no solo a los hospitales, sino también a través de jornadas mensuales en diferentes partes del país. Esta estrategia ayudará a reducir significativamente la demanda de estos tratamientos, para dar paso a los servicios de prevención y rehabilitación. Al mismo tiempo es necesario un centro nacional odontológico integral, donde se ofrezcan servicios en todas las áreas, para todo dominicano que los necesite. Es importante que cuenten con precios razonables o que sean gratuitos para aquellos que presenten su carnet de salud, bien sea subsidiado o contributivo. A largo plazo, con estas medidas no solo se tendrá una población más sana, sino también con una mejor calidad de vida.
Demostrando que la inversión tendría resultados sostenibles en el tiempo. Un vivo ejemplo de esto es Reyes, a quien le realicé una prótesis total superior y una prótesis parcial inferior; le enseñé cómo cuidarla, higienizarla, al igual que el resto de su cavidad oral y su vida tuvo un cambio positivo. Lamentablemente sufrió un accidente automovilístico a inicio del año, su salud se vio seriamente quebrantada y su prótesis se fracturó, con lo cual su sonrisa se apagó. De este modo, preocupado por la pérdida de su prótesis, con todo y su precario estado de salud, me contactó. Nuevamente acudió a la ayuda social, debido a los elevados precios de este tipo de trabajos.
Después de verse con su nueva dentadura, Reyes no aguantó la emoción y lo expresó diciendo: “Me veo buenmozo”, seguido de lágrimas. Meses después lo contacté y me dijo lo agradecido que estaba, que tiene novia. Siente que tiene una deuda de gratitud, ya que entiende que su cambio físico lo ayudó a encontrar, incluso, la felicidad.
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La autora es odontóloga y global surgery fellow para Operación Sonrisa Internacional