
El magnate republicano, acusado de sobornar a una actriz porno, se convierte este martes en el primer presidente de la historia de Estados Unidos en ser imputado por un delito penal
Donald Trump está a punto de convertirse en el primer presidente de la historia de Estados Unidos en ser imputado. El exmandatario, quien llegó el lunes a Nueva York, acaba de desplazarse desde su residencia en la Torre Trump hasta el tribunal penal de Manhattan en limusina, acompañado por más de una decena de vehículos del Departamento de Policía de Nueva York, el Servicio Secreto y su equipo de abogados y asesores. Allí, tras presentarse ante la corte, ha sido arrestado temporalmente, se le han tomado las huellas dactilares y ahora será notificado de más de una treintena de cargos que pesan en su contra, de acuerdo con múltiples reportes de medios estadounidenses.
Poco antes de entrar en el tribunal, Trump publicó unas rápidas declaraciones en Truth Social, la red réplica de Twitter que él mismo financió. «Rumbo al Bajo Manhattan, el Tribunal de Justicia. Parece tan SURREAL – WOW, me van a ARRESTAR. No puedo creer que esto esté sucediendo en Estados Unidos. ¡MAGA! (Make America Great Again, su eslogan de campaña)», manifestó el exmandatario.
El caso en su contra se centra en el pago de 130.000 dólares que Michael Cohen, abogado del magnate, realizó a través de una compañía fantasma a la actriz porno Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels, con la que Trump habría mantenido relaciones sexuales en 2006. El dinero tenía el objetivo de comprar su silencio durante la recta final de campaña electoral de 2016, que acabaría propulsándolo a la Casa Blanca. De acuerdo con la acusación, cuando Trump ya era presidente, su organización autorizó pagos a Cohen por un total de 420.000 dólares para ocultar su pago a Daniels y recompensarlo con una bonificación.
Se trata de la primera acusación por la que Trump enfrentará cargos, pero podría no ser la última. En Georgia, el fiscal de distrito del condado de Fulton está examinando si el expresidente intentó presionar a los funcionarios estatales en 2020 para que declararan su victoria electoral en el estado, a pesar de que Joe Biden fue el vencedor. Por otro lado, un fiscal especial federal está dirigiendo una investigación sobre los más de 300 documentos clasificados que encontrados en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, y sobre su participación en el asalto al Capitolio.
El tribunal penal de Manhattan amaneció este martes con una inmensa cola de periodistas intentando encontrar un hueco para el momento estrella. Las inmediaciones del edificio también fueron utilizadas por manifestantes a favor y en contra del expresidente. Los actos de protesta incluyeron la presencia de la polémica representante ultraderechista republicana Marjorie Taylor Greene, quien intentó ofrecer un discurso contra la «caza de brujas», pero que acabó silenciada por los abucheos del bando anti-Trump. Debido al histórico evento, la ciudad de Nueva York se encuentra sometida a una vigilancia extrema por parte de las fuerzas de seguridad y el Servicio Secreto estadounidense.
La imputación de Trump es un hecho sin precedentes que ha arrojado a la carrera presidencial para las elecciones de 2024 a un futuro incierto. Hasta ahora, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, era considerado como un potencial candidato capaz de reemplazar al expresidente —quien ya ha anunciado su candidatura— al frente del Partido Republicano. Sin embargo, tras el anuncio la semana pasada de que afrontaría cargos penales,la práctica totalidad del partido ha manifestado su apoyo incondicional al magnate, reforzando su imagen y demostrando el poder que continúa ejerciendo sobre la formación.
Como explica en Twitter el corresponsal de El Confidencial en Nueva York, Argemino Barro, existen múltiples indicios de que la imputación beneficia a Trump de cara a las primarias republicanas para elegir candidato. Sin embargo, su efecto de cara al público generalista en las elecciones presidenciales podría ser menos favorable. Una encuesta de ABC News e Ipsos publicada el pasado domingo reveló que el 45% de los encuestados cree que el exmandatario debería ser acusado de un delito en este caso, frente a un 32% que no y un 23% de indecisos. Otro sondeo publicado por CNN mostró un 60% de respuestas a favor y un 40% en contra.
Fuente El Confidencial