
Jerusalén.– Desde la madrugada del lunes 3 de julio, las fuerzas israelíes atacan por tierra y aire el campo de refugiados del norte de Cisjordania, con la participación de drones no tripulados y de entre 1.000 y 2.000 soldados y agentes de inteligencia. El Ejército afirma que la campaña durará «lo que sea necesario» y la Autoridad Palestina la califica de «brutal agresión» y «crimen de guerra».
En plena madrugada, tropas y drones israelíes entraron al campo de refugiados de Jenin, donde viven unas 14.000 personas en menos de medio kilómetro cuadrado, e iniciaron una campaña militar de duración incierta, con un despliegue inédito desde el final de la Segunda Intifada, en 2005.
De momento, la incursión se ha cobrado la vida de ocho palestinos, al menos cinco de los cuales fueron identificados como milicianos por fuentes locales, además de medio centenar de heridos. Cifras que posiblemente sean mayores debido a que las ambulancias enfrentan bloqueos para entrar a evacuar heridos en la zona.
A lo largo de la jornada, en la que se han sucedido bombardeos y enfrentamientos, el Ejército israelí asegura que destruyó un «centro de operaciones» de la Brigada de Jenin -que reúne a milicianos de todas las facciones palestinas- y un «laboratorio para la producción y almacenamiento de explosivos»; lanzó una decena de ataques aéreos; confiscó «un lanzacohetes improvisado y otras armas», así como decenas de explosivos; y arrestó a al menos 20 sospechosos.
En tanto, las autoridades locales denunciaron que el paso de los bulldozers israelíes ocasionó la destrucción de caminos y cortes en el suministro de agua y electricidad en Jenin, mientras que la Media Luna Roja palestina demandó que se permita un pasaje seguro para poder trasladar a los heridos.
Por otro lado, en otras partes de Cisjordania se registraron movilizaciones espontáneas en rechazo a la incursión militar israelí en Jenin. En una de estas manifestaciones, el Ministerio de Salud palestino informó que un joven de 21 años murió tras recibir un disparo, supuestamente, de las fuerzas israelíes.
Lo ocurrido este lunes en Cisjordania ya tiene ecos en la esfera internacional: el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo estar «profundamente preocupado», según Farhan Haq, portavoz de su oficina, a través de un comunicado. «Todas las operaciones militares deben llevarse a cabo con total respeto por el derecho internacional humanitario», agregó de parte del jefe de la ONU.
La operación en Jenin durará «todo lo que sea necesario»
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, celebró que la campaña militar en Jenin «está progresando según lo planeado» y asestó «un gran golpe» a las milicias palestinas, a la vez que ratificó que sus tropas «recibirán total apoyo», sin dar detalles de cómo ni cuándo podría acabar la incursión.
En esa línea, el portavoz internacional del Ejército israelí, Richard Hecht, subrayó que la operación durará «todo lo que sea necesario» para cumplir el objetivo de «romper con la dinámica de los terroristas» de atacar a objetivos israelíes y luego resguardarse en el campo.
No obstante, diversos analistas señalan que Israel pretende culminar la incursión en máximo dos o tres días porque, de extenderse más allá de ese plazo, crece el riesgo de un conflicto más amplio y de un mayor escrutinio internacional a sus acciones.
«Desde el punto de vista israelí, la intención y el interés son poner fin a esta operación muy limitada lo antes posible y asegurarse de que no se convierta en un evento regional», aseguró Giora Eiland, general israelí retirado y exasesor de seguridad nacional.
Existe también un aspecto político detrás de esta campaña, que llega tras el reclamo del ala más radical del gobierno de Benjamin Netanyahu y de organizaciones de colonos israelíes, quienes incrementaron los llamados para lanzar una operación militar después de la redada en Jenin de hace dos semanas, que dejó siete palestinos muertos -incluida una niña de 15 años- y varios soldados israelíes heridos por la detonación de un aparato explosivo, sin aclararse a que bando pertenecía.
Asimismo, la campaña militar opacó una nueva jornada de protestas en Israel contra la reforma judicial, cuya marcha principal alcanzó el aeropuerto internacional Ben Gurion. Pese a los reclamos de manifestantes, opositores y hasta miembros del partido oficialista Likud, la coalición de Netanyahu no detuvo el tratamiento parlamentario de un proyecto de ley que apunta a restringir la revisión judicial de las medidas tomadas por funcionarios electos.
La Autoridad Palestina denuncia un «nuevo crimen de guerra» por la operación israelí
Mientras Israel se dice preparado para «cualquier posibilidad», las milicias palestinas en conjunto han advertido de una «amplia escalada» y una respuesta a la «agresión israelí», que se daría «en la forma y lugar adecuados».
Aunque el lanzamiento de cohetes desde Gaza es una opción latente, de momento no hay indicios claros de cuál podría ser la represalia de los grupos armados palestinos, que igualmente han alentado a sus seguidores a enfrentarse a las tropas israelíes.
La Autoridad Palestina, por su lado, consideró que la campaña representa una «brutal agresión» y un «nuevo crimen de guerra», a la vez que reclamó que la comunidad internacional presione a Israel para que ponga fin a «su agresión contra el pueblo palestino».
En términos similares de condena se expresaron países como Egipto, Jordania o Emiratos Árabes Unidos, al igual que la Liga Árabe, que definió el ataque israelí en Jenin como «una violación de las normas y resoluciones de la legitimidad internacional».
Fuente France24