POR RAFAEL SANTOS
Es una película con una gran carga de emotividad espiritual. Es para ver en familia. El ingrediente principal es el perdón hacia los demás y el auto perdón como el elemento más importante para la tranquilidad y la paz interior.
Tiene una duración de 2 horas y 12 minutos, en donde y desde que la historia se inicia, no dejará que te muevas del asiento. Es tan profundo y llamativo el argumento, que cada escena te conecta con la otra, y así, hasta llegar al final.
La historia, aunque se inicia en el llamado “medio oeste” de los Estados Unidos, teniendo como epicentro inicial a una familia de inmigrantes irlandeses, ha mediado de la década de los años 50s; sin embargo, la misma tiene su desarrollo entre los 60s y 70s.
Dicha historia tiene que ver con las abusivas actuaciones de un padre que amparado detrás de las gruesas cortinas de un falso cristianismo, más la ingesta cotidiana de alcohol, hacen de la vida de Mack, (personaje principal), un rudo calvario que combinado con el trágico episodio de la desaparición y el posterior asesinato de su pequeña Missy, (años más tarde), convierten la vida del protagonista o personaje principal, en un verdadero caos emocional.
A pesar de que Mark continúa con la tradición religiosa, en donde ya adulto logra tener cierta estabilidad emocional y económica junto a su bella esposa y familia, sin embargo, en su interior subyace un vacío enorme, que ni aun con su militancia cristiana este lograr deshacer.
Debemos precisar, que antes de llegar a la adultez, Mark, pasa por una serie de traumáticos eventos, los cuales marcarán su existencia de por vida. Estos los llevarán a ser una persona frívola, de tibios sentimientos, pero sobre todo, y es lo esencial en toda la trama, amante de su familia.
Con una fe aunque gigante hacia Dios, continúa viviendo en su interior con una lucha entre dos yoes. Estos que no le permite a Mark tener la tranquilidad emocional que todo ente buscador de la salvación obtiene, por el contrario, en este enigmático personaje, estos traumas son los que conllevan a enfrentar serios desafíos emocionales, los cuales se acentúan cuando su hija Missy, interpretado por la niña Amélie Eve, es secuestrada y posteriormente asesinada por un desconocido.
Este evento sucede durante una cortas vacaciones de fin de semana en un lago no muy cercano a la residencia de los Phillips, lo que les da un giro a la hasta entonces “estabilidad” emocional de Mack Phillips (Sam Worthington), y el cual además junto a su esposa Nan Phillips (Radha Mitchell), trabajan en el levantamiento de una ejemplar familia apegada a las tradiciones y creencias cristianas, con dos adolescentes hijos, que son: José (Gage Munroe) y Kate Phillips (Megan Charpentier).
Casi a mediado de la película este recibe una extraña correspondencia, en donde se le invita a ir a una cabaña, en un tupido monte en las montañas de Oregón, en donde con un revólver en mano, porque él allí cree se va a encontrar con el asesino de su hija, tiene un encuentro con unos celestiales personajes, los cuales y a medida que se van sucediendo cada episodio, estos les ayudan para que acepte su realidad, cure su dolor, se perdone a sí mismo por otros hechos que no contaré, pero que también perdone a los demás…..
La película fue dirigida por Stuart Hazeldine. Se basa en la novela escrita por William Paul Young, la cual y desde su aparición en los Estados Unidos, ha vendido según la crítica especializada, más de 22 millones de copias.
Además de los actores mencionados, otros que intervienen son, Octavia Spencer como Papá – Dios, Avraham Aviv Alush hace el papel de Jesús y Sumire Matsubara.
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