
Por Becker Márquez Bautista
Amigo lector. Elevar el debate es lo mejor que le puede pasar a nuestra sociedad, las críticas no se pueden visualizar como un ataque contra quién sino en favor de que, a veces, los acólitos de los gobiernos centrales y municipales obvian la responsabilidad de quienes ellos defienden y se convierten en los propios verdugos que nada de bien le hacen.
En las temporadas ciclónicas y los momentos de interrupción climática, es pertinente tener los desagües limpios para evitar las inundaciones. La limpieza de los imbornales son una responsabilidad de los alcaldes, mantenerlos limpios debe ser un compromiso de toda la sociedad, los imbornales son una solución urbanística que juega un papel fundamental en la evacuación del agua en las calzadas, aceras y otras vías de uso público.
Las situaciones provocadas por las aguas lluvias, en muchas ciudades, ha puesto el foco en el mantenimiento de las infraestructuras de las ciudades, como los imbornales o alcantarillado; y las propias obras construidas por el gobierno central. Más aún, cuando en los organismos como la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET) o el propio Centro de Operaciones de Emergencia (COE) avisan de algunos fenómenos atmosféricos que precipitarán fuertes aguaceros espontáneos en todo el territorio nacional o emite alerta de que se espera intensas lluvias en puntos específicos del país.
Nuestro país debe realizar una mayor inversión en radares meteorológicos, para así detectar a tiempo dichos fenómenos que, en determinadas fechas, nos sorprenden con bastantes lluvias en nuestra región; es pertinente crear una política de Estado de mantenimiento a todas las infraestructuras a nivel nacional, hay presidentes y alcaldes que prefieren invertir más en otros tipos de obras que en el saneamiento pluvial, a sabiendas de que la prevención es fundamental en la época ciclónica.
Quiero ser reiterativo, limpiar los imbornales debe ser prioridad para las autoridades específicamente municipales, realizar campañas de concientización social que evite lanzar basuras en las aceras y contenes y, así, estimular una labor de limpieza periódicamente.
Se debe intensificar cada año, especialmente en las épocas en donde sabemos la temporada ciclónica; la temporada ciclónica en República Dominicana y Centroamérica inicia regularmente desde el 1ro. de junio hasta el 30 de noviembre, por ende, antes de esas fechas se debe convocar a toda la sociedad a una gran jornada de limpieza municipal. Debemos recordar que a los imbornales va a parar toda la suciedad y desechos de las vías, como arena, papeles, bolsas o plásticos, pero también hojas y ramas de los árboles y hasta animales muertos. Todo ello provoca la disminución de la capacidad de drenaje de los imbornales, pudiendo llegar incluso a su completa obstrucción.
Para terminar. Debemos visualizar las críticas como encuestas que refleja lo positivo y lo negativo de una gestión, para los que no conocen los imbornales, recuerden que el objetivo principal de un imbornal es canalizar el agua de lluvia de la calzada hacia el desagüe, de este modo se evita crear charcos que pueden llegar a evolucionar en inundaciones.