Osvaldo Virgil, quien fuera el primer pelotero dominicano en llegar a las Grandes Ligas, falleció en su natal Montecristi, a los 92 años.
La Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom) expresó en un mensaje en sus redes sociales el lamento por la partida de quien también fuera jugador de ese circuito.
«Con su hazaña de ser el primer nativo de nuestra tierra en jugar en el béisbol de las Grandes Ligas, abrió el camino para muchos otros y llevar la calidad de nuestra pelota a todas partes. Desde aquí enviamos nuestro más sentido pésame a sus familiares», publicó la Lidom
El 23 de septiembre de 1956, Virgil apareció con los Gigantes de Nueva York en un partido que marcó el antes y después del béisbol dominicano. Desde entonces, más de 900 jugadores duartianos han pasado por la Gran Carpa.Osvaldo Virgil se convirtió el 6 de junio de 1958 en el primer jugador negro en aparecer en un partido de los Tigres de Detroit.
«Tenemos Salón de la Fama, Jugadores Más Valiosos, ganadores del Cy Young, Novatos del Año, Dirigentes del Año, gerentes y árbitros, pero ninguno de ellos tiene lo que yo, el número uno«, solía repetir a modo de broma Virgil.
Sin fanfarrias, sin anuncios, sin grandes expectativas, casi silenciosamente. Así ocurrió el debut de Osvaldo Virgil en las Grandes Ligas el domingo 23 de septiembre de 1956 en el estadio Polo Grounds de Nueva York.
«Hacía mucho calor y jugábamos el último partido de una serie de tres partidos contra Filadelfia. Me colocaron en tercera base y me fui de 4-0, pero yo me sentía como si hubiera bateado de 4-4», dijo Virgil a ESPN en 2006 cuando se cumplieron los primeros 50 años de su debut.
«Me habían subido desde las ligas menores dos o tres días antes y estaba al tanto que sería el primero de mi pequeño país que llegaba al mejor béisbol del mundo, pero nunca sospeché que con el tiempo eso se convertiría en algo rutinario», dijo Virgil.
«Siempre me he sentido agradecido y dichoso por haber sido escogido por Dios para abrir las puertas de mis compatriotas en las Grandes Ligas, tomando en cuenta que cientos de otros mejores que yo no recibieron esa oportunidad», agregó.
Jugando todas las posiciones, menos de lanzador, Virgil bateó .231 con 14 jonrones y 73 carreras remolcadas en nueve temporadas con Nueva York, Detroit, Kansas City, Baltimore, Pittsburgh y San Francisco.
En 1958 fue el primer negro que jugó con los Tigres de Detroit, el último equipo en romper la barrera racial.
En su debut con los Tigres bateó de 5-5.
El comenzó una nueva carrera como coach de los Gigantes en 1969, fue el asistente de tercera base de Dick Williams en San Diego por largo tiempo y luego estuvo con Williams en Montreal y Seattle.
Pero no fueron sus condiciones atléticas o capacidad como estratega que convirtieron el apellido Virgil en parte de la historia de República Dominicana. Virgil fue el pionero de un país que se ha convertido en la fuerza extranjera más imponente en la mejor liga de béisbol del mundo.
Lo que pareció originalmente como un hecho sin mayores consecuencias se convirtió en la raíz de un fenómeno extraordinario que transformó positivamente el pasatiempo nacional de los norteamericanos.
Desde el debut de Virgil hace 68 años, otros 937 dominicanos han jugado en las ligas mayores. La lista incluye al antesalista Alex Rodríguez, el jardinero Moisés Alou y el antesalista Manny Machado, hijos de padres dominicanos que nacieron en Estados Unidos.
Fuente : Santiago Digital
Osvaldo Virgil se convirtió el 6 de junio de 1958 en el primer jugador negro en aparecer en un partido de los Tigres de Detroit.
«Tenemos Salón de la Fama, Jugadores Más Valiosos, ganadores del Cy Young, Novatos del Año, Dirigentes del Año, gerentes y árbitros, pero ninguno de ellos tiene lo que yo, el número uno«, solía repetir a modo de broma Virgil.
Sin fanfarrias, sin anuncios, sin grandes expectativas, casi silenciosamente. Así ocurrió el debut de Osvaldo Virgil en las Grandes Ligas el domingo 23 de septiembre de 1956 en el estadio Polo Grounds de Nueva York.
«Hacía mucho calor y jugábamos el último partido de una serie de tres partidos contra Filadelfia. Me colocaron en tercera base y me fui de 4-0, pero yo me sentía como si hubiera bateado de 4-4», dijo Virgil a ESPN en 2006 cuando se cumplieron los primeros 50 años de su debut.
«Me habían subido desde las ligas menores dos o tres días antes y estaba al tanto que sería el primero de mi pequeño país que llegaba al mejor béisbol del mundo, pero nunca sospeché que con el tiempo eso se convertiría en algo rutinario», dijo Virgil.
«Siempre me he sentido agradecido y dichoso por haber sido escogido por Dios para abrir las puertas de mis compatriotas en las Grandes Ligas, tomando en cuenta que cientos de otros mejores que yo no recibieron esa oportunidad», agregó.
Jugando todas las posiciones, menos de lanzador, Virgil bateó .231 con 14 jonrones y 73 carreras remolcadas en nueve temporadas con Nueva York, Detroit, Kansas City, Baltimore, Pittsburgh y San Francisco.
En 1958 fue el primer negro que jugó con los Tigres de Detroit, el último equipo en romper la barrera racial.
En su debut con los Tigres bateó de 5-5.
El comenzó una nueva carrera como coach de los Gigantes en 1969, fue el asistente de tercera base de Dick Williams en San Diego por largo tiempo y luego estuvo con Williams en Montreal y Seattle.
Pero no fueron sus condiciones atléticas o capacidad como estratega que convirtieron el apellido Virgil en parte de la historia de República Dominicana. Virgil fue el pionero de un país que se ha convertido en la fuerza extranjera más imponente en la mejor liga de béisbol del mundo.
Lo que pareció originalmente como un hecho sin mayores consecuencias se convirtió en la raíz de un fenómeno extraordinario que transformó positivamente el pasatiempo nacional de los norteamericanos.
Desde el debut de Virgil hace 68 años, otros 937 dominicanos han jugado en las ligas mayores. La lista incluye al antesalista Alex Rodríguez, el jardinero Moisés Alou y el antesalista Manny Machado, hijos de padres dominicanos que nacieron en Estados Unidos.
Fuente: Santiago Digital