Los conceptos emitidos en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor
Por Héctor Miolán.
El querido amigo y hermano Luis Mayobanex Rodríguez (Radhames), en estos difíciles momentos ha traído al escenario al gran intelectual y filósofo francés J.P. Sartre.
¡Que bueno y correcto traiga que a colación a este gran intelectual francés y mundial!
Siempre he sido partidario de su gran moral política.
Una vez más planteo: que hayan muchos Sartre en República Dominicana, Estados Unidos y América Latina para la defensa de los inmigrantes, entiéndase, documentados e indocumentados. Porque la política del Trumpismo no viene de sus caprichos, como pretenden hacernos creer; sino de un equipo muy preparado, de lo que se ha dado en llamar tanques de pensamientos (Tink Tank).
Creo, que la experiencia sartreana, junto a la revolucionaria marxista y de izquierda debe hacer presencia efectiva desde todos los frentes: trabajadores, culturales, políticos, etc.
A Sartre no le tembló el puño para escribir a favor de la Cuba revolucionaria, a favor de la causa argelina, a favor d la causa vietnamita ; tampoco titubeó para tirarse a las calles en el París del 68. Eso lo debemos emular.
A los dominicanos nos debe estimular las ideas sartreanas, las ideas de Franz Fanon; al cual que las ideas de Betances, de Bolívar,etc.
Para defender a nuestras gentes, no hace falta ser de aquí o allá, sino ser, un ser humano con sus necesidades incumplidas o sus derechos humanos estropeados.
Rotundamente afirmo, que de los intelectuales dominicanos de derecha y conservadores no espero nada favorable, ni decir de los políticos de esa rama de pensamientos, mucho menos de ciertos intelectuales académicos (en nuestra UASD ), que la tienen cogida con los haitianos.
En el fondo estás especies apoyan el nacionalismo fascista de Trump, sin especulación esa es una verdad axiomática.
Es la hora de que esos ,»dominicanistas», plantar cara y principios frente a la política trumpista, si en verdad soy patriotas, lo cual dudo.
En conclusión no debemos dejar que el miedo y ( la construcción de una psicología de terror) nos atrape, y, a nuestra gente el temblor no lo deje estar en pie, por el contrario debe caminar y caer de bruces si fuese necesario, pero jamás arrodillarse y no unir jamás nuestras manos en símbolos de ruegos, por el contrario cerrar nuestros puños en señal de rabia y cólera en contra de los abusos del poder político trumpista.