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Johnny Sánchez
Lealtad, confiabilidad y compromiso son los atributos con que se premia o se castiga desde Palacio; Abinader aprovechó los días de Navidad para marcar líneas más definidas.
Aceptó las renuncias de personas que saben desde diciembre que no serían ratificados y sutilmente los invita a dar ideas desde sector privado para enfrentar los retos del 2025 juntos; sabiendo el inmenso archipiélago de intereses que se mueven tras bastidores en Palacio, los que se van, deben consensuar soluciones y con orgullo llevar el legado de sus obras
Leales que no han dado todo su potencial son muchos sobresalen, Dr. Eddy Olivares y la abogada más querida en Diáspora, Geanilda Vásquez y como soldados callados dispuestos a ir apagar fuegos y sumar como siempre han hecho
Una máxima de la política dice que los gobiernos se arman primero con los mejores, luego con los leales y, finalmente, con los que quedan. Pero ese axioma no siempre funciona de manera lineal. Mucho menos en gobiernos personalistas, en los que la lealtad probada y la confiabilidad esperable suelen ser exigencias y condiciones predominantes desde muy temprano.
La exclusión pública del paraíso presidencial que acaban de sufrir algunos exministros no debe estigmatizarlos ni dañarles su historial, dieron lo que pudieron con los pocos recursos que manejaron. Ser funcionario ahora se evalúa como costo de oportunidad, axioma económico que dice, es mejor tranquilo con beneficios privados que jefe público con criticas diarias, hasta por llegarse tarde a una reunión.
Es hora de los leales y confiables. No hizo falta que el desgaste del ejercicio del poder o una crisis política o económica que precipitara condenas. Todo lo contrario.
Luis Abinader volvió a desafiar la lógica de la comunicación y la construcción de políticas, que manda aprovechar los buenos momentos para prolongar un estado de bonanza, no ensombrecerlo y, mucho menos, desplazar buenas noticias de la agenda pública para instalar situaciones de tensión y disputas en el interior del espacio propio.
En medio del «alineamiento de planetas» (económicos, financieros y de política interna y externa) que celebran en el Palacio, el Presidente emitió decretos nuevos, auguramos éxito a los que vienen porque los que se fueron saben la papa caliente que dejaron
Aunque sorprende tanta sorpresa.