
El partido Naleraq, que aboga por una separación exprés de Copenhague, duplica sus votos y se convierte en la segunda fuerta del nuevo Parlamento
Alivio en Dinamarca por los resultados de las elecciones celebradas el martes en Groenlandia. Las legislativas han traído un vuelco electoral al territorio autónomo danés tras la sorpresiva victoria de los liberales del partido Demokraatit, que logró diez de los 31 escaños del Parlamento, («Inatsisartut») con el 30% de los votos, seguidos muy de cerca por los populistas de Naleraq.
Naleraq se convierte en el segundo grupo más grande con casi el 24,5% de los votos. El partido aboga por un camino más rápido hacia la independencia de Dinamarca. Por el contrario, los liberales quieren tomar un camino más gradual hacia la independencia. El partido quiere centrarse en fortalecer la economía a través de la inversión y el espíritu emprendedor, manteniendo estrechos vínculos con Copenhague.
En cambio, los dos partidos del Gobierno de izquierda que gobernó los últimos tres años, también independentistas moderados, se desplomaron, en unos comicios marcados por el interés del presidente de EE UU, Donald Trump, por hacerse con el control de la isla más grande del mundo.
La izquierda verde de Inuit Ataaqatigit (IA) del «premier», Mute B.Egede, fue tercero con el 21,4%, quince puntos menos que en 2021; y su socio de coalición, el socialdemócrata Siumut, histórico dominador de la política groenlandesa, obtuvo el 14,7%, la mitad que hace cuatro años. Ambas formaciones han dominado la política de la isla desde la introducción del autogobierno en 1979.
Por su parte, el liberal Atassut, moderado respecto a la independencia, subió cuatro décimas hasta el 7,3%, mientras que la otra fuerza que se presentaba, el Qulleq, de línea similar al Naleraq, se quedó fuera del Parlamento con el 1,1%. Cinco de los seis partidos que concurrieron a las elecciones están a favor de la independencia de Groenlandia, pero discrepan sobre el ritmo para lograrla.

Los grandes ganadores de estas elecciones son dos grupos ideológicamente muy alejados. El líder liberal, Jens-Frederik Nielsen, un jugador de bádminton de 33 años, tendió ayer la mano al resto de partidos para negociar una coalición de Gobierno. «Groenlandia necesita que permanezcamos unidos, esa será la base de nuestras negociaciones», aseguró en una mesa redonda televisada. Nielsen recordó sus dos prioridades de su campaña: «Una actitud tranquila hacia EEUU» y la construcción de una «base» que permita la creación de un Estado groenlandés.
«El enfoque que triunfe hacia la independencia dependerá en última instancia de si los demócratas deciden formar un Gobierno de coalición y, de ser así, con qué partido», explica Dwayne Menezes, director de la Iniciativa de Investigación y Política Polar. «Si los demócratas decidieran formar Gobierno con Naleraq, tendrían que acelerar su plataforma sobre la independencia y la formación de un Estado», declaró a France Presse Lill Rastad Bjørst, experta en el Ártico de la Universidad de Copenhague.
Mientras, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, felicita a Demokraatit por su victoria electoral y aseguró que Dinamarca espera trabajar con el nuevo gobierno de la isla ártica, un región autónoma danesa cuyo Estatuto de Autonomía de 2009 le reconoce el derecho de autodeterminación. «El Gobierno danés esperará el resultado de las negociaciones que tendrán lugar ahora en Groenlandia», afirmó Frederiksen.
En Dinamarca, el Gobierno parece estar aliviado con el resultado, ya que Demokraatit quiere tomar las cosas «con calma y serenidad» en lo que se refiere a la cuestión de la independencia, afirma el analista político Jens Ringberg. «Estarán contentos de que Naleraq no haya conseguido más votos», afirma a DR.
Alrededor de 40.000 habitantes estaban llamados a votar en unas elecciones que registraron una fuerte participación del 70,9%, cinco puntos más que en 2021.
Los comicios han recibido atención internacional, especialmente después de las declaraciones de Trump sobre su deseo de apoderarse de Groenlandia, lo que provocó fuertes reacciones de los políticos groenlandeses y daneses. A pesar de la presión externa, la campaña electoral se centró principalmente en cuestiones políticas internas. Los votantes han priorizado el desarrollo económico y las soluciones sostenibles para el futuro de Groenlandia, mientras la relación con Dinamarca ha seguido siendo parte central del debate político.
Fuente: La Razón