
En un durísimo discurso de apertura de esta nueva edición de La Feria del Libro, Luis Vaccaro, presidente de la fundación organizadora, señaló: “Concurrir a la Feria este año representa un acto de rebeldía y resistencia. Como nunca este espacio cultural, activo, será el eje central alrededor del cuál girará el repudio de todas las fuerzas culturales a las políticas desbastadoras que propone este gobierno”. Luego de explicar que el gobierno este año había quitado todo tipo de financiación para realizar uno de los encuentros culturales más destacados del continente -que lejos está de considerarse un ámbito de izquierdas- Vaccaro arremetió directamente contra el presidente Milei: “Luego de despreciar nuestra feria, no se sonroja y pide participar en este espacio, cuya presencia está prevista para el próximo domingo 12 de mayo en la pista central de La Rural. Señor presidente, se lo digo con una mano en el corazón, no hay plata”, ironizó para agregar que todas las erogaciones que impliquen su presencia en el predio correrán por parte del gobierno.
Pero no fue el único en poner ‘los puntos sobre las íes’ en una semana en la que una marcha de centenares de miles de personas cubrió las calles del país en defensa de la educación, la ciencia y la cultura.
En su discurso inaugural , la escritora Liliana Hecker, desarrolló una tesis sobre la relación entre literatura, cultura y represión; lectura y pensamiento crítico. Destacamos dos fragmentos clarificadores:
“¿Por qué esta intención manifiesta, por parte del gobierno, de menoscabar o suprimir toda institución o medio de comunicación que favorezca o divulgue el conocimiento, el desarrollo científico, la creación artística y la formación universitaria? Un intento de explicación que circuló cuando empezó a conocerse parte de estas medidas fue que habrían sido propuestas como una forma de distracción; para que pasaran a segundo plano otras medidas más pesadas, como podría ser la venta de nuestras riquezas naturales y empresas estatales o la destrucción de la industria nacional y de las pymes en favor de los grandes monopolios. Sin duda una explicación tan ingenua solo podía estar provocada por la perplejidad inicial. O tal vez fue una manera de eludir toda asociación con la frase tan temible que se le atribuye a Joseph Goebbels: “Cuando escucho la palabra ‘cultura’ desenfundo la pistola”.
“Y ya que utilicé un verbo tan borgeano como “conjeturar” voy a recurrir a Borges para tratar de explicarme. En su asombrosa y desopilante nota “El arte de injuriar” reproduce este episodio citado por de Quincey: “A un caballero, en una discusión teológica o literaria, le arrojaron en la cara un vaso de vino. El agredido no se inmutó y dijo al ofensor: ‘Esto, señor, es una digresión, espero su argumento’”. Saber leer, creo, es advertir que, pese a lo extravagante del impacto, un vaso de vino en la cara carece de argumento. Y, para el estilo de comunicación que viene eligiendo el gobierno, implica una posibilidad riesgosa: que se advierta la falta o la falla de los argumentos. Si cada argentino tuviera la capacidad de saber leer –si contara con los elementos para adquirirla- ¿qué pasaría con los pronunciamientos o exabruptos que se suelen lanzar? ¿Estarían en riesgo de perder su eficacia?”
Con un fuerte discurso contra el ajuste de Javier Milei, Liliana Heker inauguró la Feria del Libro
La autora y maestra de escritores se refirió a la crisis económica, los despidos injustificados, y especialmente, al desfinanciamiento de la educación, cultura, las arte y las ciencias

La escritora Liliana Heker realizó el discurso que inauguró la 48° edición de la Feria Internacional del Libro, que se prolongará hasta el lunes 13 de mayo en el Predio Ferial de La Rural, en el barrio porteño de Palermo. En tanto, en su alocución, la destacada autora brindó un contundente análisis de la coyuntura política y económica, al remarcar hechos que afectan de un modo u otro la realidad de los sectores más vulnerables del país. Además, apuntó contra la desfinanciación de Javier Milei a la cultura y el arte, y señaló que la intención del Gobierno es “reducir al máximo el número de los que saben leer, apocar al adversario potencial”.
La autora de la novela Noticias sobre el iceberg comenzó su exposición con una anécdota. Ante un auditorio repleto, contó que antes de escribir su discurso se preguntó si tenía sentido celebrar una nueva edición de la Feria del Libro en un país donde “día a día crece la pobreza y la indigencia, donde en los últimos meses hubo millares de despidos sin fundamentos, donde la educación y la salud pública están en emergencia, la obra pública fue cancelada y las universidades están desfinanciadas al punto de correr el riesgo de cerrar sus puertas“.
Además, la ensayista, cuentista y maestra de escritores afirmó que “donde la investigación científica y tecnológica y el ejercicio de la ciencia y la tecnología están siendo devastados, toda institución o medio que favorece el desarrollo y la difusión de la cultura ha sido desvirtuado o borrado“, al tiempo que criticó que “se entregan las riquezas naturales y el Estado aparece ausente aún en caso de epidemia“.
“Confieso que más de una vez una noticia de último momento hizo tambalear este texto mío aun antes de que empezara a darle forma, y sin embargo, acá estoy, celebrando, como hace medio siglo en mi primera feria, el estar rodeada de libros y de una concurrencia que sospecho en buena medida viene acá porque está buscando algo preciso o difuso que espera encontrar en un libro“, expresó Heker, de 81 años.
En tanto, reflexionó: “El libro tiene una significación muy especial en estos momentos por la inagotable diversidad de posibilidades que implica, y por ser el exponente de un amplísimo registro del conocimiento y del arte me parece atinado instalarlo como un justo representante de toldo lo que hoy es atacado en el campo de la cultura. Reivindicarlo entonces se me hace una cuestión imperiosa y no como autora, aunque la escritura sea el trabajo que amo”.
La autora de Zona de clivaje reconoció que hay una intención manifiesta del gobierno de menoscabar o suprimir el desarrollo científico, la creación artística y la formación universitaria.
“El objetivo de ese ataque sería reducir al máximo el número de los que saben leer: apocar al adversario potencial”, disparó la autora. En la “pequeña antología de sinsentidos” la escritora sumó exabruptos de Milei como “el Estado es una organización criminal” o “la justicia social es un concepto aberrante”.
Cuáles fueron los últimos discursos inaugurales de la Feria del Libro
Un año atrás, el escritor Martín Kohan, elegido para abrir La Feria del Libro, expresaba en su discurso un enfoque similar, al señalar que “hay cosas que no se derraman” como “la riqueza, pues los ricos nunca se sacian”; y que “hay cosas que, en cambio, sí, por ejemplo, la frecuentación de los libros, la costumbre de leer, el gusto por la conversación literaria”.
En ese sentido, Kohan invitaba al público a discutir sobre la coyuntura, a no quedarse sin la oportunidad de emitir palabra ante una injusticia o tema que aqueja. “Las conversaciones de por sí no tienen por qué ser plácidas, armoniosas, edulcoradas ni orientadas por un afán de consenso -dijo ante un auditorio colmado-. Las discusiones de tono subido, acaloradas, como se dice, vehementes y hasta exasperadas, son formas de la conversación también”.
Guillermo Saccomanno, predecesor de Kohan en 2022, también criticó por entonces la situación económica, que mermaba los ingresos de todos los actores de la industria del libro, y a su vez, cuestionaba la organización de la propia Feria del Libro donde estaba disertando por los altos precios de las entradas y servicios. En su discurso, el escritor planteó que los únicos lectores que podían llegar a comprar un libro son una clase media “pauperizada siempre y cuando no gasten demasiado en la gaseosa y los panchos“.
Fuente La Columna Vertebral