
La Luftwaffe tendrá el XQ-58 Valkyrie operativo en sólo cuatro años, un caza ‘invisible’ ligero y no tripulado capaz de despegar con cohetes desde una rampa de lanzamiento sin necesidad de pista. La aeronava puede volar a 13.700 metros de altura durante más de 4.800 kilómetros sin piloto humano a bordo, pero utiliza la inteligencia artificial para operar como escolta junto a cazas tripulados como el Eurofighter alemán, cuyo piloto podrá darle órdenes para enfrentarse a cualquier objetivo.
Esta XQ-58 será la variante A, que Airbus Defence and Space y la estadounidense Kratos han adaptado específicamente para las necesidades alemanas. La alianza entre el gigante europeo y el fabricante norteamericano promete entregar a la Luftwaffe capacidades de combate aéreo que ningún otro país europeo poseerá antes de la próxima década. El Valkyrie alemán será una ‘Aeronave de Combate Colaborativa’ —traducción del término inglés Collaborative Combat Aircraft— equipado con sistemas de misión desarrollados por Airbus que le permitirán integrarse sin problemas tanto con plataformas tripuladas como no tripuladas actuales y futuras.
Una aeronave sin piloto que cambia las reglas del juego
El XQ-58A tiene un peso máximo de tres toneladas al despegue y puede recorrer hasta 4.800 kilómetros a altitudes que alcanzan los 13.700 metros. Su diseño furtivo le permite penetrar en espacios aéreos defendidos sin, en teoría, ser detectado por radares enemigos. A diferencia de los cazas convencionales, no necesita pista: se piede lanzar con cohetes desde una rampa de raíles, lo que permite desplegarlo desde ubicaciones improvisadas cerca del frente.
«En el contexto geopolítico disruptivo actual, nuestros clientes han expresado una demanda urgente de Aeronaves de Combate Colaborativas tanto desechables como no desechables«, declaró Mike Schoellhorn, consejero delegado de Airbus Defence and Space.
El Kratos XQ-58 Valkyrie, uno de los cazas que usará Skyborg (Kratos)
El concepto revoluciona la guerra aérea tradicional al eliminar parte del riesgo humano de las misiones más peligrosas. Un solo piloto de Eurofighter puede controlar múltiples Valkyrie desde una distancia segura, enviándolas por delante para explorar territorio enemigo, neutralizar defensas aéreas o ejecutar ataques de precisión. Si una de las aeronaves no tripuladas resulta derribada, no hay pérdida de vidas humanas y el coste de reposición es una fracción del de un caza tripulado.
Tecnología probada en combate
El Valkyrie ha volado desde 2019 en numerosas misiones de prueba con la fuerza aérea estadounidense, incluidos ejercicios junto a cazas F-16 y F-35. Su capacidad de vuelo autónomo está completamente demostrada, al igual que su habilidad para operar en formación con aeronaves tripuladas. Los mecanismos de autonomía, misión y múltiples escenarios operativos han sido probados exhaustivamente a lo largo de más de cinco años.
«Hemos diseñado el conjunto Valkyrie para ser un CCA asequible y formidable emparejado de forma colaborativa con aeronaves tripuladas, un equipo de aeronaves no tripuladas, o una mezcla de ambas», explicó Eric DeMarco, consejero delegado de Kratos. La versión alemana será una variante «ajustada para la misión europea» que aprovechará toda la experiencia acumulada en el programa americano.
La aeronave no tripulada puede transportar tanto armamento cinético —misiles y bombas— como cargas útiles no cinéticas para guerra electrónica, reconocimiento e interferencia de comunicaciones enemigas. Su flexibilidad operativa permite configurarla para misiones específicas: desde exploración de largo alcance hasta supresión de defensas aéreas enemigas o ataques de precisión contra objetivos de alto valor.
Aunque Alemania está metida en el programa del futuro Electronic Combat Wingman europeo —diseñados para acompañar a futuros cazas Eurofighter EK— el Valkyrie cubrirá necesidades operativas alemanas que surgirán en los próximos años.
La característica más disruptiva del Valkyrie es su independencia de infraestructura aeroportuaria. Mientras que los cazas convencionales dependen de bases aéreas fijas —objetivos vulnerables para misiles, bombarderos y drones enemigos— estas aeronaves no tripuladas pueden lanzarse desde contenedores marítimos desplegados cerca de la frontera oriental de la OTAN. Esta capacidad permite operaciones dispersas que complican enormemente la planificación de los ataques enemigos.
Eurofighter EK. (Airbus)
Uno de los planes de acción es que los Valkyrie pueden desplegarse hacia adelante en ubicaciones próximas al frente y permanecer en vuelo de crucero hasta que cazas tripulados se unan con ellas desde bases protegidas en la retaguardia profunda. Esta táctica maximiza tanto el alcance como el tiempo de permanencia en zona de operaciones, extendiendo el radio de acción efectivo de la fuerza aérea alemana sin exponer activos tripulados de alto valor.
Kratos también ha desarrollado una versión con tren de aterrizaje convencional que añade versatilidad operativa más allá del diseño original independiente de pista. Alternativamente, el Valkyrie puede lanzarse desde una plataforma rodante si las circunstancias lo requieren, proporcionando flexibilidad táctica máxima según las condiciones del teatro de operaciones.
Un portavoz de Airbus afirma que la fecha objetivo de 2029 refleja «un año clave donde Europa necesita estar preparada para defenderse». La urgencia del despliegue es necesaria ante el deterioro de la seguridad continental y la amenaza imperialista del dictador ruso Vladimir Putin, que ya tiene a la repúblicas bálticas en su punto de mira. Airbus también desarrolla su propio concepto de aeronave no tripulada colaborativa llamada Wingman, presentado en colaboración con la firma alemana Helsing, aunque este proyecto no estará listo hasta la década de 2030.
Fuente EL CONFIDENCIAL