Por Sebastián del Pilar Sánchez
El jueves 12 de febrero de 1981 las organizaciones magisteriales y estudiantiles periféricas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) anunciaron su apoyo a la postulación del doctor Virgilio Bello Rosa como candidato a rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en un documento que destacaba su alta moral, sus méritos académicos y la conveniencia de la plataforma programática que estaba ofertando a la familia universitaria.
El anuncio fue hecho durante una conferencia de prensa encabezada por el vicesecretario general de esa organización, doctor Abraham Bautista Alcántara y el secretario general del Frente Universitario Socialista Democrático (FUSD), bachiller Héctor Peña Féliz (Rijo), para asegurar que el proyecto de gestión del entonces decano de la Facultad de Humanidades era el que convenía «a la universidad, a sus estudiantes, profesores, empleados y al pueblo en general».
La selección de este apreciado profesor de historia fue hecha después de sopesar y comparar su programa de gobierno con los de otros aspirantes a rector «sin tomar en consideración su ideología o procedencia política«, puesto que su origen ideológico era fácil de ubicar en su antigua militancia en el legendario grupo estudiantil Fragua que representó en el Consejo Universitario entre 1964 y 1965.
Incluso, su nominación a dicho cargo fue originalmente anunciada por la Unión Patriótica Antiimperialista (UPA) y la Unión Nacional de Estudiantes Revolucionarios (UNER), y tempranamente apoyada por el Partido Comunista del Trabajo (PCT), dirigido por Rafael Chaljub Mejía y Manuel Antonio Almonte Salazar; el Frente Estudiantil Flavio Suero (FEFLAS) y la Juventud de Avanzada Socialista.
El conocido abogado encarnaba de muchas maneras la cristalización de una gestión que apuntaba a ser eficaz por la buena administración que llevó a cabo en la Facultad de Humanidades, su dominio de la realidad universitaria y su lucha dentro del Movimiento Renovador que desde la guerra de abril de 1965 comenzó a transformar la UASD en una institución democrática y de masas.
Por esta razón, su propuesta de cambios caló en el seno del partido blanco y porque además, su dirigencia envió una exhortación a sus miembros para que la promoviera de manera vehemente, tratando de variar la intención de decenas de profesores de esa entidad que se habían adelantado a manifestar abiertas simpatías por otros proyectos universitarios, especialmente el que impulsaba las aspiraciones del doctor Rafael Kasse Acta, quien había sido rector en 1970 con apoyo de los perredeístas y era un candidato de cuidado por su prestigio en la profesión docente.
El exrector había sido postulado por los profesores de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Comunista Dominicano (PCD) y de la Unidad Democrática (UD); por los intelectuales que impulsaban un proyecto de partido socialista y por los estudiantes situados en el Movimiento de Unidad Socialista (MUS), la Fuerza Juvenil por el Socialismo (FJS), el Bloque Juvenil Socialista (BJS) y la Unión Democrática Estudiantil (UDE).
Otra opción atractiva la representaba el doctor Franklin Almeyda Rancier, director del Colegio Universitario (CU), quien había pausado en su accionar partidista y estaba siendo promovido por numerosos profesores que constituyeron el Comité de Reorganización Institucional de la UASD, presidido por el destacado catedrático doctor Héctor Bienvenido Mejía Constanzo, exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en 1968.
El principal apoyo de esa candidatura se apreciaba en los 290 delegados al Claustro que tenía el mayoritario Frente Estudiantil Amín Abel (FELABEL), relacionado con el legendario dirigente izquierdista Jorge Puello Soriano (El Men) y el Movimiento Popular Dominicano (MPD).
Otros aspirantes a dirigir el centro de altos estudios eran el agrimensor Daniel Cabrera Zorrilla, vicerrector académico, propuesto por profesores independientes de diversas áreas y el ingeniero Ramiro Alfredo Manzano Bonilla, apoyado por la Juventud Comunista (JC) y sus aliados de la Liga de Jóvenes Democráticos (LIJUDE).
Sufragio y abstención
La sesión del Claustro Universitario arrancó al mediodía del sábado 14 de febrero de 1981, en el Palacio de los Deportes «Virgilio Travieso Soto», Distrito Nacional, con mil 911 votantes presentes de una matrícula de dos mil 187 miembros, de los cuales, mil 445 eran profesores, 723 estudiantes y 19 delegados de los organismos académicos comunes.
Dicha sesión fue encabezada por el rector, doctor Antonio Rosario y una comisión electoral integrada por los doctores Carlos Temístocles Roa, Fernando Sánchez Martínez y Fernando Silié Gatón, reforzada por el prestante médico investigador Rogelio Lamarche Soto, el historiador José Espaillat Rodríguez y el ingeniero Miguel Ángel Hernández.
El evento se inició con las ponderaciones, durante siete horas, de las virtudes académicas de los aspirantes a dirigir la UASD, siendo las de Bello Rosa motivadas por el vicerrector administrativo Manuel Lara Hernández y el expresidente de la FED, Elizardo Antonio Medina Calcaño; las de Kasse Acta por el historiador Euclides Gutiérrez Félix y el bachiller Onofre Rojas Gómez, en representación del Bloque Juvenil Socialista; y las de Almeyda Rancier por el doctor Mejía Constanzo y el bachiller Lorenzo -Lenchy- Vargas, líder del FELABEL y presidente de la FED.
Enseguida se procedió a ejercer el derecho al sufragio, pero esta operación no arrojó el resultado esperado porque luego de dos rondas de votaciones ningún aspirante alcanzó la cantidad de votos requerida (956) para ser declarado ganador; es decir, la mitad más uno. Bello Rosa obtuvo 823, Kasse Acta 602, Almeyda Rancier 565, Cabrera Zorrilla 53 y Manzano Bonilla 51.
En la siguiente reunión del sábado 21 de febrero se formó un círculo vicioso originado con el retiro de la candidatura del doctor Almeyda Rancier y la decisión de sus promotores de no respaldar a los candidatos que habían sido favorecidos con las más altas puntuaciones, lo cual complicó el ambiente electoral.
Desde ese momento primó una línea abstencionista trazada con vigor inquebrantable por el Comité de Reorganización Institucional de la UASD, que perduraría durante varias semanas, no obstante, el llamado a votar por una salida de consenso que hiciera el rector Antonio Rosario, recordando con insistencia que el estatuto orgánico de esa academia establecía explícitamente que las nuevas autoridades estaban obligadas a juramentarse el 28 de febrero.
La abstención de 412 votos en el claustro del martes 24 diluyó el impacto disuasivo de la reunión de emergencia sostenida poco antes por los doctores Bello Rosa y Kasse Acta, en la que acordaron hacer un «llamado a todos los sectores organizados de la familia universitaria» a aunar esfuerzos a fin de elegir las autoridades. El primero no pudo alcanzar el triunfo en la primera ronda por apenas 94 votos: obtuvo 872 frente a 649 de su contendor, que se vio precisado a anunciar su retiro de la contienda.
Entonces con la participación de mil 911 delegados y a petición de los profesores Ivelisse Prats Ramírez y Roberto Santana Sánchez (dirigentes del PRD y la UPA), se realizó una segunda ronda que fue rechazada por las fuerzas que apoyaron a Kasse Acta a través del doctor Max Puig Miller, quien solicitó aplazarla para evitar la inhibición de sus parciales del proceso electoral. El doctor Bello Rosa participó como único candidato y alcanzó 945 votos, siendo vencido por el abstencionismo que sumó 966.
Por primera vez en la historia democrática de la UASD el rector se juramentaría en una fecha posterior al 28 de febrero como establecía entonces su estatuto orgánico.
Bidó Medina versus Bello Rosa
La actividad eleccionaria se reanudó la tarde del lunes 2 de marzo con un nuevo aspirante a rector: El doctor José Joaquín Bidó Medina, exdecano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD, expresidente de la Asociación Dominicana de Abogados (ADOMA) y miembro del comité político del PLD.
El conocido letrado entró como sustituto de Kasse Acta cuando aún prevalecía la línea abstencionista trazada por el referido Comité de Reorganización Institucional de la UASD y FELABEL. Entonces, algunos miembros del claustro se esforzaban por quebrarla mediante una salida de consenso -como estrategia mediática- centrada en la nominación del doctor José Vinicio Calventi Gaviño, director del hospital Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia
En ese instante sólo se hablaba del desgaste experimentando por la candidatura del doctor Bello Rosa y del daño que sufriría la UASD con la elección de autoridades con compromisos partidistas. Motivo por el cual, cuando Calventi Gaviño declinó la oferta, comenzaron a sonar los nombres de los doctores Andrés Avelino García Ramón, Guarocuya Batista del Villar, Arnaldo Espaillat Cabral, Antonio Zaglul Elmúdesi, Amiro Pérez Mera, Josefina Padilla Deschamps, Marcelino Vélez Santana, Zoraida Heredia viuda Suncar y Teobaldo Rodríguez Caballero.
Una solución de esa naturaleza tenía como precedente el claustro de febrero de 1978, donde don Antonio Rosario, abogado mocano que sobresalió a mediados de la década de 1960 como presidente del desaparecido Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), fue escogido rector para superar el tranque protagonizado durante siete rondas de votaciones por los doctores José Dolores García Ramírez, Ignacio Rodríguez Chiappini y Francisco José Canó González.
Sin duda, la UASD se encontraba en un delicado momento, porque después de haber transcurrido diez días de la primera reunión del Claustro, aún no se vislumbraba solución electoral, pese a que en la ronda anterior de votaciones Bidó Medina superó a Bello Rosa por nueve votos (962 contra 953), quedando a distancia de 29 papeletas para triunfar.
Además, pese al agotamiento de la candidatura de Bello Rosa, tanto el presidente del partido blanco, don Manolo Fernández Mármol, como el director de su escuela de cuadros, doctor Tirso Mejía-Ricart Guzmán, afirmaron por separado que lo seguirían apoyando «hasta lo último», obviando la deserción de muchos profesores perredeístas que estaban cambiado de bando.
De seguro que fue a causa de ello que -el 5 de marzo de 1981- el exrector Hugo Tolentino Dipp invitó a la dirigencia perredeísta y de la UPA a «adoptar una actitud amplia y generosa en favor de un nuevo candidato«, debido a que el proyecto de Bello Rosa se había estancado por lo extendido que había sido el proceso electoral y porque sus oponentes tenían «la creencia equivocada de que el PRD era el partido a vencer«.
El destacado historiador y político se pronunció de esa manera durante una entrevista que concedió al periodista Leo Hernández, del periódico Última Hora, para advertir que el tranque producido en las elecciones universitarias obligaban a la búsqueda de una solución que respondiera al anhelo de la mayoría del claustro, «sin imposiciones de ningún grupo que posea fuerzas relativamente importantes«.
Debido a que el doctor Tolentino Dipp hacía poco que había ingresado a las filas del PRD y había sido incorporado a su comité ejecutivo nacional, su invitación fue analizada al día siguiente por la comisión política de esa organización, en una reunión efectuada en su local de la avenida Bolívar casi esquina Doctor Delgado, en la que varios de sus miembros plantearon como solución pedir el retiro de la candidatura de Bello Rosa y buscar un sustituto.
Esa posición fue asumida por sus profesores y estudiantes, durante la noche del jueves 12 de marzo y estuvo precedida del último combate librado por Bello Rosa en horas de la tarde con un resultado negativo, dado que Bidó Medina logró agenciarse el apoyo del grupo FELABEL para superarlo por 119 votos.
Fue en esas circunstancias, con los electores sumamente fatigados tras agotar doce rondas de votaciones, en cinco sesiones del Claustro, que entró tardíamente a la competencia electoral el doctor Andrés Avelino García Ramón, amparado en su prestigio intelectual y su condición de catedrático independiente que podía mantener el equilibrio entre las fuerzas que gravitaban en la Universidad y garantizar el pluralismo ideológico y la convivencia armónica de la familia universitaria.
El impasse que afectaba a la casa de altos estudios fue finalmente superado en la ronda número trece, ganada por el doctor Bidó Medina que, de un total de 2 mil siete votos, obtuvo mil 44. Su improvisado oponente alcanzó 662.
Es importante consignar que desde el inicio de esa jornada eleccionaria diversos profesores perredeístas no apoyaron a Bello Rosa, motivando que el secretario general del FUSD, bachiller Héctor Peña Rijo, solicitara a la dirección de su partido que aplicara sanciones a quienes favorecieron a otros candidatos, desacatando la línea partidaria.
También se debe resaltar la participación protagónica en el proceso electoral universitario del líder del PLD, profesor Juan Bosch, quien en dos charlas radiales consecutivas por el programa «La Voz del PLD», transmitido desde la emisora Radio Clarín, ponderó los méritos partidarios de Bidó Medina y pidió a sus seguidores que lo apoyaran con sus votos en el claustro por ser «un excelente peledeísta, un trabajador infatigable del partido y un conocedor a fondo y en detalle de todos los peledeístas y de los métodos de trabajo del partido, lo que quiere decir que no contar con su presencia en las tareas partidarias equivale a cortarnos una mano«.