
República Dominicana ha sido testigo de un flujo constante de migración haitiana en las últimas décadas debido a su cercanía como países vecinos en la misma isla. Esta migración se compone de ciudadanos que vienen en busca de mejores oportunidades de vida y salud, lo que ha generado una serie de desafíos complejos y costosos para el Estado dominicano. Precisamente en este último aspecto, la salud ha sido uno de los más problemáticos en cuanto al impacto financiero respecta.
En un entorno donde la atención médica es un pilar fundamental en el bienestar de la sociedad, el gasto gubernamental destinado a satisfacer las necesidades de los haitianos indocumentados se ha convertido en un tema de creciente importancia y debate.
Para entender mejor este asunto, podemos desglosar los gastos de la siguiente manera:
– En 2020, el Estado dominicano destinó alrededor de RD$9000 millones para 30 000 parturientas haitianas, sin contar el gasto ejecutado por temas relacionados con la pandemia y sus efectos secundarios.
– Para el 2021, se había destinado más de RD$10 000 millones para 35 000 parturientas haitianas.
– Ahora, en 2023, se destina del presupuesto total en salud pública, que asciende a RD$137 788 millones, el 14% a la atención de la población haitiana y otros extranjeros irregulares. Esto se traduce en un gasto significativo de RD$19 299 millones.
Es decir, el Estado dominicano en los últimos 3 años ha gastado alrededor de RD$40 000 millones en la atención de la población del país vecino, sin contar el hecho de que el 35% de las camas hospitalarias en el país están ocupadas por ellos, planteando preocupaciones sobre la capacidad de atención médica para los ciudadanos dominicanos y la sostenibilidad del sistema de salud. Si nos comparamos con otros países de la región, como Estados Unidos, Chile, México, entre otros, no llegan al 18%, siendo esta cifra muy alta, incluso tomando en cuenta que son naciones mucho más grandes que nosotros en términos de masa territorial.
Uso alternativo de los recursos:
Es lógico preguntarnos cómo podrían haberse utilizado estos RD$40 000 millones, o su equivalente en dólares de US$714.3 millones, por el Estado dominicano si no se hubieran destinado a la atención y servicios para la población haitiana indocumentada en los últimos 3 años. Si bien la respuesta a esta pregunta es compleja y depende de numerosos factores, se pueden tomar en cuenta las siguientes posibles alternativas:
· Se podrían haber adquirido aproximadamente 4761 autobuses para mejorar el sistema de transporte público, ya que tienen un costo de alrededor de RD$8.4 millones cada uno.
· Se podrían haber realizado hasta 17 expansiones en las líneas del Metro de Santo Domingo, con un costo aproximado de RD$2266.4 millones cada una.
· La construcción de hasta 6 teleféricos similares al de los Alcarrizos, que tuvo un costo de inversión aproximado de RD$6698 millones.
· Se podrían haber construido hasta 17 hospitales de la dimensión del Hospital Dr. Antonio Musa, actualmente en desarrollo en la provincia San Pedro de Macorís, con capacidad de hasta 133 pacientes y con un presupuesto de RD$2340 millones. Esta posible inversión hubiera permitido brindar habitaciones hospitalarias a más de 2200 ciudadanos.
· La construcción de hasta 8 veces la circunvalación de Azua, que tuvo un costo de RD$5000 millones, o la iniciada construcción de la autopista del Ámbar, que se podría desarrollar hasta 2 veces, ya que contempla un costo de unos US$400 millones.
No es una solución exclusiva de la República Dominicana…
En última instancia, el análisis de los costos financieros y las implicaciones sociales de la migración haitiana en la República Dominicana subraya la necesidad de un enfoque equilibrado y sostenible para abordar este desafío. La toma de decisiones en cuanto a la asignación de recursos debe ser cuidadosamente considerada, con un énfasis en mejorar la calidad de vida de todos los residentes y garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos esenciales.
Por lo tanto, como bien han mencionado nuestras autoridades, la solución a este problema no yace en el pueblo dominicano, ya que el país no puede cargar solo con los problemas de Haití. Como se observa con datos reales, ya está haciendo demasiado, mucho más de lo que puede. Es un pueblo que lamentablemente está sufriendo las consecuencias de la inestabilidad e inseguridad generada por grupos insurgentes que han tomado el control de gran parte del país, provocando una grave crisis institucional que los mantiene sumidos en una terrible situación política y económica. Esto ha provocado una situación que ha desbordado los límites de un problema migratorio, que se entiende que al nivel en el que se encuentra solo podrá ser resuelta con la ayuda de la comunidad internacional.
Fuente El Dinero