El rescate de los cadáveres de cuatro militares ahogados en la convulsionada región de Puno elevó a cinco el total de uniformados caídos, mientras otro sigue desaparecido, confirmó el Ministerio de Defensa.
La lista de fallecidos difundida por el Ministerio de Defensa, confirmó el deceso de Franz Canazas, Alex Quispe, Elías Lupaca, Percy Castillo y Elvis Pari, ahogados cuando intentaban cruzar un río integrando un grupo de aproximadamente 50 miembros del Ejército, perseguidos por centenares de manifestantes, según la versión oficial.
El grupo había intentado llegar desde su cuartel en la ciudad de Ilave hasta la cercana población de Juli, para reforzar a los militares y policías que chocaban allí con manifestantes.
Pobladores de Juli les cerraron el paso y los militares optaron por regresar a su base, lo que otros cientos de manifestantes impidieron al cerrarles el paso en un puente, por lo que optaron por otra ruta hasta que llegaron al río que debían cruzar para llegar al cuartel.
Las autoridades difundieron un video en el que un oficial pregunta a los sobrevivientes recién salidos del agua sobre lo ocurrido y estos responden que tuvieron que lanzarse al río porque eran atacados a pedradas por manifestantes, que mantienen una larga lucha por la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
Sin embargo, el parlamentario progresista Roberto Sánchez afirmó que la tragedia fue causada por la orden de los jefes del grupo, de cruzar el río, pese a que, por las fuertes lluvias, estaba crecido y a que varios de los soldados no sabían nadar.
La bandera peruana fue izada a media asta en el Ministerio de Defensa y en instalaciones militares como expresión de duelo por los ahogados, por lo que el jefe de la Región Sur del Ejército, general Jhony León, calificó simplemente como asesinatos.
Entretanto, el ministro de Defensa Jorge Chávez pidió al Congreso de la República comparecer junto al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas general Manuel Gómez, a informar sobre los sucesos registrados en Puno.
Chávez, por otra parte, negó tajantemente tener responsabilidad en la represión de las manifestaciones, que desde su inicio, el 7 de diciembre pasado, registraron un saldo de 48 muertos en disturbios, un policía asesinado y 11 civiles fallecidos en accidentes y otras circunstancias vinculadas indirectamente con las protestas.
Según dijo, el titular de Defensa es representante político de las Fuerzas Armadas y no interviene en sus operaciones pues lo hacen el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y sus componentes, los comandos operacionales y las unidades que lo integran.
“El ministro de Defensa no actúa en el desarrollo de los planes de operaciones”, aseveró y citó su experiencia en los cuarteles, pues es general retirado.
Sobre la autorización del uso de la fuerza, dijo que su despacho no lo dispone, pues está sujeto a un marco legal.
Para el expremier Óscar Valdés Dancuart, el fallecimiento de cinco militares y un desaparecido en el río Ilave en la región Puno es una consecuencia de los errores del Gobierno de la presidenta Dina Boluarte, en conjunto con el premier Alberto Otárola y el ministro de Defensa, Jorge Chávez. Los tres en mención como responsables de este caso. Agregó que las autoridades nacionales no actuaron de manera oportuna para solucionar el conflicto social y político que atraviesa el país.
Óscar Váldes lamentó la muerte de soldados en el río Ilave, quienes, conforme a la Defensoría del Pueblo, pertenecen a la comunidad aimara de Puno. Desde esa arista, el también exministro del Interior manifestó que en el Perú no es nuevo que el Ejército restablezca el orden interno cuando hay manifestaciones y actos violentistas.
En la misma línea, recalcó que por política el Ejército no recluta gente que sea de la zona de conflicto porque en el momento que hay turbas no se enfrentan a sus familiares. “Los soldados no se enfrentarán a sus padres y hermanos. Es por eso que es un protocolo que se seguía en las Fuerzas Armadas. Si eso no se hizo en Puno, entonces es un primer error”, expresó Valdés.
Según su análisis, existe un segundo error que recae sobre el oficial que estuvo al mando de la tropa. “El oficial es el responsable de todos sus soldados, que incluye aquellos militares que cruzaron el río Ilave. Entonces, debe responder ante Inspectoría del Ejército”, remarcó.
Identificación de responsabilidades
El exoficial del Ejército manifestó que aparentemente el río Ilave se mantiene en calma en la superficie, sin embargo, por debajo trae ramas y piedras. “Un soldado común y corriente, así como un soldado preparado para nadar, tampoco la hacen (cruzar el río). Esta situación lo sabe el oficial”, recalcó el exprimer ministro.
No obstante, consideró que hay una responsabilidad en las autoridades del Ejército y el Ministerio de Defensa. “¿Por qué los soldados estaban indefensos, sin su arma de reglamento? Entonces, hay responsabilidad del comandante general del Ejército y del ministro de Defensa (Jorge Chávez)”, recalcó.
Ante la gravedad de los hechos, Óscar Valdés sostuvo que deben responder el titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y la mandataria. “También tiene responsabilidad el premier (Alberto Otárola) y la presidente (Dina Boluarte)”, apuntó.
Líneas seguidas puntualizó que el Gobierno no atendió de inmediato los problemas del país, ya que los sucesos que se registran en el país reflejan omisión y descuido para atender la crisis. “Se menospreció y se pensó que esto se solucionaba muy fácilmente. Desde que intentaron tomar el aeropuerto de Juliaca, se debió tomar la decisión de poner orden, hoy es muy complejo porque la bola de nieve ha crecido”, recalcó.
Agregó: “Lo que para la población era un rumor, una bola de nieve, ahora es de vida o muerte, una nueva Constitución, cierre del Congreso y la renuncia de la presidenta Dina Boluarte”.
Es preciso señalar que los soldados del Ejército ingresaron al río Ilave en Puno por disposición de sus jefes. El objetivo era llegar al cuartel de Pachacútec, debido a que la población aimara no los querían en su territorio.
FUENTE: La República