
El mundo de la música es muy complicado, hay una gran competencia y pocas oportunidades. Son muchos los artistas que pelean con muchos esfuerzo día tras día por mantenerse encima de los escenarios y poder formar una dilatada carrera. La idea es vivir de ello durante muchos años, pero a veces es solo algo efímero.
Una prueba de ello son los tantísimos artistas que aparecen en programas de televisión y que solo unos pocos logran mantenerse. Por ejemplo, Aitana o Lola Índigo, son las que más han triunfado de la famosa academia en la nueva generación.
David Bisbal también ha logrado desvincularse completamente de la academia que le vio nacer y le dio la gran oportunidad después de cantar en orquestas por todos los pueblos de España. Es un artista que ha conseguido labrarse una importante trayectoria a nivel internacional. Igual que Laura Pausini. Son artistas que no solo son reconocidos en su país de origen, también en todo el mundo, especialmente en Latinoamérica, donde tienen un gran apoyo. Precisamente, mencionamos a estos dos cantantes porque ambos han compartido escenario en alguna ocasión con Tiziano Ferro.
Tiziano Ferro arruinó su carrera musical y su vida porque no podía ser quien quería ser
El italiano ha vivido siempre una época muy dura, especialmente desde su infancia, en la que confesó que sufrió bullying. En la escuela le llamaban “gordo”, “marica” y “perdedor”. Era un chico muy tímido que se refugiaba en la comida basura para llenar esos vacíos emocionales.
Ferro consiguió un notable éxito con la música, pero ese reconocimiento no le trajo ninguna felicidad, al contrario, problemas. Empezó a beber sin control. El alcohol se convirtió en ese refugio en el que de pequeña era la comida basura. La discográfica y sus productos no le dejaron mostrarse tal y como era. Él reconoció su homosexualidad pero en ese momento es cuando su carrera se fue a pique. En todos sus videoclips se rodeaba de mujeres exuberantes y le obligaban a fingir relaciones con éstas. “Casi siempre bebía solo”, confesó. “El alcohol me ayudaba a no pensar, pero también me hacía desear la muerte cada vez más”.
Se encontraba totalmente solo, no amaba su vida. Era alguien que no quería ser, con dinero, pero solo y sin identidad. Su vida se convirtió en un infierno y empezó a perderlo todo. Acabó en una adicción destructiva.
El italiano acudió a terapia y finalmente consiguió salir de aquel pozo oscuro y se declaró abiertamente homosexual. Era el primer paso para ser quien quería ser. “Dejé de ver esa parte de mí como un monstruo. Decidí hablar, recuperar amigos, y dejar de esconderme”.
Ya no es un rostro conocido, pero ha empezado una nueva vida de cero en la que se siente mucho más feliz y libre.
Fuente EL NACIONAL