
Tras el reciente alto el fuego en Gaza, ‘Euronews’ siguió el viaje de Mohammed, de 22 años, cuando por fin regresó a su casa en el norte de la Franja. Dos meses después, dice que no le queda nada
La vida cotidiana en Gaza es cada vez más desesperada, ya que los palestinos llevan más de un mes sin acceso a la ayuda humanitaria. La oficina humanitaria de la ONU, OCHA, advirtió esta semana que ahora es «probablemente lo peor que se ha vivido en los 18 meses transcurridos desde el estallido de las hostilidades».
Desde el 2 de marzo no han entrado en el enclave alimentos, agua, medicinas ni artículos comerciales, después de que Israel impusiera un bloqueo y reanudara su campaña militar contra Hamás en toda la Franja.
Hace dos meses, se habló con Mohammed, de 22 años, quien, junto con su familia, pudo regresar a su hogar en el norte de Gaza tras 15 meses de desplazamiento en medio de un acuerdo de alto el fuego de ocho semanas entre Israel y Hamás.
El alto el fuego permitió a Mohammed regresar a su residencia familiar tras haber sido desplazado cuatro veces. Fue uno de los más de medio millón de palestinos que emprendieron el largo viaje hacia el norte por el corredor de Netzarim, que Israel reabrió en febrero. Mohammed regresó para encontrar su casa completamente destruida, pero estaba agradecido por tener un techo sobre la cabeza de su familia.
«Estamos viviendo de milagro y arriesgándolo todo, arriesgándome yo, mi familia, los hijos de mi hermana, sólo para resguardarnos de las penurias del invierno», declaró entonces a ‘Euronews’. Pero un mes después de la ruptura del alto el fuego, dice que ha sido desplazado de nuevo, y que su familia vive ahora en una tienda de campaña.

La técnica del golpe en el tejado
«Fue impactante porque llegó de repente». Mohammed cuenta a ‘Euronews’ que los golpes comenzaron en mitad de la noche, sin previo aviso. «Era el vigésimo día del Ramadán, creo (20 de marzo), y nos levantamos para comer algo rápido antes de empezar el ayuno». Dijo que su casa fue blanco de un «golpe en el tejado» por parte del Ejército israelí.
El Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv describe los «golpes en el tejado» como una práctica empleada por el Ejército israelí que «se utiliza cuando existe la preocupación de que haya civiles en un edificio definido como objetivo militar».
Se lanza un pequeño misil que genera ruido contra el tejado de un edificio como forma de advertir a los civiles para que evacúen antes de llevar a cabo un ataque mayor.
Israel ha utilizado esta táctica desde la primera guerra de Gaza en 2008, y afirma que los golpes contra el tejado son un método de advertencia legítimo para evitar daños a los civiles. Sin embargo, los detractores de este método afirman que perjudica desproporcionadamente a los bienes y medios de subsistencia de la población civil. Amnistía Internacional se ha pronunciado en contra de la táctica desde 2014, afirmando que a menudo no hay justificación militar para destruir infraestructuras civiles.
Mohammed afirma que lo que quedaba de su casa cuando regresó durante el alto el fuego ha quedado ahora completamente destruido: «Si esta guerra termina algún día, no me queda ningún sitio (donde vivir)», ha dicho. «Ahora es todo escombros, inhabitable».
La tienda ni siquiera es mía
Después de que la casa de Mohammed fuera atacada, su familia no tuvo refugio durante dos semanas, dijo a ‘Euronews’. «Sólo en la última semana he podido, con grandes dificultades, conseguir una tienda de campaña en la que refugiarnos mi familia y yo. La tienda ni siquiera es mía, pertenece a otra persona y sólo se me permite usarla temporalmente».
Pero Mohammed afirma que ni siquiera el campamento de tiendas donde se ha refugiado ha estado a salvo de los bombardeos. «No hace mucho, hubo un bombardeo en mi campamento… el ataque tuvo como objetivo una zona a unas cinco tiendas de campaña de mí».
Los precios de los alimentos y las medicinas se han disparado desde el bloqueo, y Mohammed afirma que puede obtener aproximadamente un kilo de arroz al día para alimentarse a sí mismo, a su madre, a su hermana y a los cuatro hijos de ésta.
UNICEF ha advertido de que «se prevé un aumento de la desnutrición, las enfermedades y otras afecciones prevenibles, lo que incrementará el riesgo de muertes infantiles evitables».
Añade que sólo se dispone de cantidades limitadas de leche maternizada para 400 niños, «mientras que casi 10.000 lactantes menores de seis meses no reciben lactancia materna exclusiva».

Las autoridades israelíes afirmaron que el bloqueo formaba parte de un intento de limitar los recursos de Hamás y aumentar la presión sobre el grupo militante para que libere a los rehenes restantes que tomó durante su ataque del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel, que desencadenó la guerra entre ambos.
El director regional de UNICEF para Oriente Medio y el Norte de África, Edouard Beigbeder, afirma que, a pesar de todo, debería permitirse la entrada en la Franja de la ayuda tan necesaria. «UNICEF tiene miles de palés de ayuda a la espera de entrar en la Franja de Gaza», explicó Beigbeder.
«La mayor parte de esta ayuda puede salvar vidas, pero en lugar de salvar vidas, está almacenada. Debe entrar inmediatamente. No se trata de una elección o de caridad, es una obligación según el derecho internacional».
La semana pasada, los directores de siete organizaciones humanitarias de la ONU emitieron una declaración conjunta en la que pedían medidas urgentes para proteger a los civiles de Gaza. «Estamos siendo testigos de actos de guerra en Gaza que muestran un desprecio absoluto por la vida humana», escribieron.
Fuente: Euronews