
El método que evita la descomposición del cuerpo del papa Francisco
La conservación de su cuerpo ha sido un proceso meticuloso que combina técnicas modernas de embalsamamiento para que el féretro permanezca abierto sin signos de descomposición
El Vaticano se ha preparado para un velatorio que atraerá hasta el viernes a cientos de miles de fieles que quieren rendir homenaje al pontífice que falleció el pasado lunes a causa de un ictus cerebral y una insuficiencia cardíaca irreversible. Según National Geographic, la conservación de su cuerpo ha sido un proceso meticuloso que combina técnicas modernas de embalsamamiento con un protocolo funerario que garantice que el féretro pueda permanecer abierto durante varios días sin mostrar signos de descomposición.
Esta mañana se ha trasladado el cuerpo del papa Francisco desde la capilla de la Casa de Santa Marta, lugar donde residió durante su pontificado, hasta la Basílica de San Pedro. El fetrero permanecerá expuesto hasta el viernes donde los fieles puedan despedirse antes del funeral, que se celebrará el sábado. Finalmente, Francisco descansará en una tumba subterránea en la basílica de Santa María la Mayor por petición propia.
Roma en primavera presenta condiciones de humedad y temperatura que pueden acelerar la descomposición de un cuerpo. Por ello, el equipo encargado de la conservación del papa Francisco tuvo que realizar una preparación especial. Según National Geographic, el proceso comenzó con un lavado exhaustivo para eliminar bacterias, el afeitado del vello facial y masajes para aliviar el rigor mortis, esa rigidez muscular que aparece tras la muerte.
El medio explica que el método principal utilizado fue el embalsamamiento con drenaje de sangre y la inyección de sustancias químicas conservantes. Este procedimiento implica extraer la sangre del cuerpo a través de arterias principales, como la carótida, y reemplazarla con una solución que contiene formaldehído, alcohol, colorantes y agua. El formaldehído sirve para eliminar bacterias y fijar las proteínas celulares, que ralentiza el proceso de degradación.
Se desplaza la sangre
Este sistema funciona de forma contraria a una transfusión de sangre común, ya que se drena la sangre y se introducen químicos. Este método desplaza la sangre coagulada que, de no extraerse, aceleraría la descomposición. Así, el cuerpo puede mantenerse en buenas condiciones durante el velatorio, permitiendo que las miles de personas puedan rendirle homenaje sin que el féretro tenga que cerrarse por problemas sanitarios o estéticos.
El embalsamador español Josep Lluís Mulero Plata, y quien ha contactado con la Santa Sede por correo para ofrecer su experiencia, ha explicado al medio ‘Cierre Digital’ que este proceso incluye la inserción de cánulas en arterias para drenar la sangre y la inyección simultánea de líquidos conservantes. Además, se utilizan anticoagulantes para evitar la coagulación y correctores de pH para neutralizar toxinas. El féretro está diseñado con doble capa, una interna de zinc sellado y otra externa de madera, con el fin de garantizar la conservación prolongada del cuerpo.
Fuente: Antena 3