
Y el único disponible es catastrófico
La secuencia se ha tornado en invariable. EEUU publica sus datos oficiales de empleo a comienzos de cada mes y cualquier mínima sorpresa revoluciona Wall Street. No solo se trata solo de que estado de salud que telegrafíe la primera economía del mundo se refleje en las bolsas. La Reserva Federal de EEUU tiene el doble mandato de vigilar la inflación y el deterioro del mercado de trabajo. Por lo tanto, cualquier oscilación grave en la segunda ‘pata’ hace mover las expectativas con respecto a los tipos de interés, lo que a su vez se traslada a las acciones y la renta fija. En pleno deterioro del mercado laboral y con la Fed retomando las bajadas de los tipos, EEUU se enfrenta a un apagón de datos de empleo oficiales por culpa del cierre del Gobierno federal que complica un poco más la siempre ardua tarea del banco central. Para colmo de males, el único gran dato de empleo disponible de septiembre (de elaboración privada) es catastrófico.
La falta de acuerdo entre republicanos y demócratas ha conducido a un cierre del Gobierno que dejará a muchos empleados de la Administración en puestos no esenciales esperando en casa. Uno de los negociados afectados es el de las estadísticas macroeconómicas, de las que se encarga en gran medida la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo. Este órgano publica métricas tan importantes como las nóminas no agrícolas de cada mes, la tasa de paro, las peticiones iniciales de subsidio por desempleo cada semana e incluso el índice de precios al consumo (IPC).
En este escenario, se antoja muy difícil que la BLS puede publicar este jueves los datos de paro semanal y el viernes el informe oficial de septiembre. Eso hace que los inversores hayan girado la cabeza hacia un dato que habitualmente pasa por discreto, pero que ahora podría convertirse en guía para una Fed que puede ir un poco ‘a ciegas’ en su reunión de octubre. La lectura de septiembre de ese dato, publicada este miércoles, ha sido catastrófica.
Un primer vistazo a los datos hacía disparar las alarmas. La encuesta de la empresa ADP para medir el empleo privado en EEUU reflejaba una destrucción neta de 32.000 puestos en septiembre, frente a la creación de 52.000 esperada. Además, el informe publicado incluía una abrupta revisión a la baja del dato de agosto (de 54.000 nóminas a -3.000). La primera impresión es la de un descalabro histórico en el empleo, un agujero repentino de grandes dimensiones. Todo ello en una semana en la que podría no haber más datos para contrastar.
Desde ADP se han apresurado a aclarar que ha habido ‘marejada’ técnica con los datos. ADP utiliza un amplio conjunto de datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, denominado Censo Trimestral de Empleo y Salarios (QCEW), para evaluar la distribución nacional del empleo en todos los sectores, estados y tamaños de empresas. Ante ciertos desajustes en su última publicación, la recalibración hecha por ADP se ha basado en el QCEW de todo el año 2024, dando lugar a una reducción de 43.000 puestos de trabajo en septiembre en comparación con los datos previos al índice de referencia.
Sin embargo, más allá de estas disquisiciones técnicas, desde ADP han subrayado que la tendencia no ha cambiado y que la creación de empleo sigue perdiendo impulso en la mayoría de los sectores. La prueba de que el relato no cambia ha sido la reacción de los mercados al informe, con un aumento de las apuestas por los recortes de tipos de la Fed, ganando enteros la probabilidad de dos bajadas más de aquí al final de año. En concordancia, el bono del Tesoro a 10 años ha registrado una leve caída en su rentabilidad exigida.
«Aunque solo existe una correlación pasajera entre las variaciones mensuales de la medida de ADP de las nóminas privadas y las estimaciones oficiales de las nóminas no agrícolas, la caída de la primera en septiembre es motivo de preocupación, sobre todo porque el cierre del Gobierno podría retrasar la publicación de los datos oficiales de empleo. Si el cierre se prolonga, la debilidad de la encuesta de ADP será todo lo que la Fed tendrá para basarse a la hora de considerar otra bajada de tipos en la reunión del FOMC a finales de este mes», explica Stephen Brown, analista de Capital Economics, en una nota para clientes.
Brown bucea en los detalles del informe y encuentra poco consuelo. En primer lugar, la abultada caída de septiembre supone el tercer descenso en los últimos cuatro meses y el mayor desde la reducción de 53.000 en marzo de 2023. Atendiendo al desglose, la situación se antoja preocupante, ya que se muestra que empresas de casi todos los tamaños destruyeron puestos de trabajo en septiembre, salvo las de más de 500 empleados, cuyos puestos crecieron en 33.000. Del mismo modo, por sectores, la mayoría de ellos destruyeron empleo, con la excepción de los servicios educativos y sanitarios, que registraron un aumento de 33.000 puestos.
Capital Economics: «Si el cierre del Gobierno se prolonga, estos podrían ser los únicos datos puntuales sobre el mercado laboral de los que disponga la Fed el 29 de octubre»
«Es cierto que la correlación entre la estimación inicial de los cambios mensuales en las medidas de ADP y las nóminas no agrícolas dista mucho de ser perfecta», reconoce Brown, admitiendo una discrepancia que ha sido bastante debatida en Wall Street. Sin embargo, en los últimos meses, esta encuesta privada ha reflejado mejor el debilitamiento del mercado de trabajo.
Y el contexto lo es todo, insiste el economista de Capital: «Si el cierre del Gobierno se prolonga, estos podrían ser los únicos datos puntuales sobre el mercado laboral de los que disponga el FOMC -el comité de la Fed que toca los tipos- cuando se reúna de nuevo los días 28 y 29 de octubre. Si ese fuera el caso, teniendo en cuenta el énfasis del presidente Jerome Powell en adoptar un enfoque de gestión de riesgos en materia de política monetaria, sería más probable que el FOMC volviera a recortar los tipos este mes».
«El mercado tendrá que centrarse en fuentes privadas independientes para hacerse una idea de lo que está pasando. Si no se obtienen datos, será difícil que la Fed, que depende de ellos, realice muchos recortes», lo ve de otra manera Brij Khurana, gestor de carteras de Wellington Management.
En medio de este forzado apagón de datos, hay otra pequeña luz que puede servir de guía, aunque con limitaciones. El componente laboral del ISM manufacturero, pese a que no supone una lectura de creación de empleo como tal, respalda la narrativa. El subíndice se mantuvo en septiembre en zona de contracción (por debajo de 50) con una lectura de 45,3 respecto la de 43,8 en agosto y la de 44,3 que esperaban los analistas.
Este martes se conoció otro dato laboral al que la Fed otorga gran importancia, sin embargo era relativo al mes de agosto. Ese mes se registraron 7,227 millones de vacantes de empleo, según la encuesta JOLTS publicada este martes por la BLS. El dato de situó algo por encima de los 7,190 millones esperados y los 7,208 millones de julio (dato revisado desde una débil lectura de 7,181 millones que suscitó preocupaciones sobre el deterioro del mercado laboral). El informe también recogió que, a lo largo del mes, tanto las contrataciones como el total de bajas se mantuvieron prácticamente sin cambios, en 5,1 millones. Dentro de las bajas, tanto las renuncias (3,1 millones) como los despidos y ceses (1,7 millones) se mantuvieron prácticamente sin cambios.
Si el número de puestos vacantes es un indicador clave de la demanda laboral para una Fed muy preocupada ahora por el mercado de trabajo, la cifra de despidos también concitaba mucha atención. Con estos datos, quedaba claro que el banco central de momento tiene margen para proseguir con los recortes.
Fuente EL ECONOMISTA