
Durante décadas, el apéndice fue el gran ignorado del cuerpo humano. Se le consideraba un vestigio evolutivo, una pieza sin función que simplemente estaba ahí hasta que se inflamaba. Pero la ciencia ha seguido avanzando y, con ella, también el conocimiento sobre su verdadero papel en el organismo. Así lo explica la traumatóloga Inés Moreno, conocida en redes como @latraumatologageek, en un vídeo que resume por qué el apéndice no es inútil, y mucho menos prescindible.
“Si te dijeron que el apéndice no sirve para nada, es que no sabes que es como ese archivo de Windows que cuando falla destruye todo el sistema”, arranca Moreno, usando una metáfora tecnológica para describir su importancia.
Ni vestigio ni adorno: el apéndice tiene función
Contiene tejido inmunológico y ayuda a restaurar la microbiota tras infecciones o antibióticos
La profesional recuerda que, durante años, se nos enseñó que era “una reliquia evolutiva, un recuerdo de cuando comíamos raíces y hojas secas todo el día”. Pero lo cierto es que la investigación más reciente ha demostrado que sí tiene funciones concretas, sobre todo relacionadas con el sistema inmunológico.
“El apéndice hace cosas. Tiene una función inmunológica. El apéndice está lleno de tejido linfoide”, explica. “En cristiano: células inmunológicas”.
Entre sus funciones, destaca el papel que desempeña como respaldo bacteriano: “Actúa como una pequeña base de datos de bacterias buenas. Sirve para repoblar tu intestino después de una infección fuerte o tras tomar antibióticos. Literalmente es una copia de seguridad de tu microbiota”.
Pero no solo eso. También cumple un papel fundamental durante los primeros años de vida: “Durante los primeros años de vida, el apéndice ayuda a entrenar a tu sistema inmunológico. Educa tu linfocito. Le enseña qué es normal y qué es una amenaza real”.
El apéndice actúa como una pequeña base de datos de bacterias buenas: sirve para repoblar el intestino después de una infección fuerte o tras tomar antibióticos”
Inés Moreno, traumatóloga
Por supuesto, como también recuerda Moreno, el apéndice puede inflamarse, y cuando eso ocurre se convierte en una urgencia médica: la apendicitis.
“Pasa cuando algo obstruye el interior de tu apéndice. Puede ser un resto de comida, un ganglio inflamatorio. Se vuelve un entorno cerrado donde las bacterias se multiplican. Y boom: inflamación, dolor y riesgo de perforación”.
Fuente LA VANGUARDIA