
Ni Roma, ni Liverpool… los ‘fantasmas de la Champions League han desaparecido en el Barça de Hansi Flick, que sufrió, pero no cedió al miedo este martes ante un aguerrido Dortmund (3-1) y sacó billete para las semifinales del máximo torneo continental seis años después. Mañana, el duelo entre Inter y Bayern decidirá el rival de los culés en el penúltimo escalón antes de la soñada final europea.
Con el mítico muro amarillo volcado, los jugadores del Borussia salieron a por la remontada en tromba. Un tiro lejano de Beier y un centro chut que se paseó por la línea de gol avisaron a un Barça acorralado.
Pidió penalti Couto en un choque con Gavi, pero no fue ese el señalado, sino la acción posterior en la que Szczęsny derribó a Grob. El gol lo convirtió con un tiro ‘a lo Panenka’ arriesgadísimo Guirassy.
La presión para los de Flick era máxima. Trataban de ganar la posesión para congelar la caldera que era el Signal Iduna Park, pero poco podían hacer contra endiabladas contras como la que lanzó Grob para hacer el segundo gol en el mano a mano con Szczęsny… anulado después por fuera de juego.
Fue a partir de entonces cuando los blaugranas consiguieron, muy progresivamente, convertir las imprecisiones en llegadas con riesgo para Kobel.
Fermín desperdició un mano a mano tras una gran recuperación de Lewandowski, que, de haber entrado, habría quedado invalidado por fuera de juego.
La velocidad era lo que fallaba al equipo español. Se percibió en dos internadas de Raphinha y Koundé al área pequeña antes del descanso, ambas muy prometedoras y frustradas por la veloz reacción de los locales.
Por su parte, los amarillos, aunque mermados por el esfuerzo realizado, no cesaron de intentar llegadas. Beiber enganchó de cabeza un remate peligrosísimo pero centrado a las manos de Szczęsny, un meta que tuvo trabajo también en un poderosísimo tiro raso de Adeyemi.
El Barça se fue con algo más de control al descanso, pero lejos de unas buenas sensaciones que tampoco encontraría tras la vuelta de vestuarios. Y es que apenas tardaría tres minutos en anotar el segundo el Dortmund en un córner resultante de una triple parada de Szczęsny.
El centro cayó muy cerrado en el segundo palo, donde apareció Bensebaini para prolongarla de cabeza y dejársela a Guirassy en el primer palo para remachar a placer. Estruendo ensordecedor en el muro amarillo.
Volvían a aparecer los fantasmas para el Barça, justo cuando un golpe de fortuna despojó de toda presión a los blaugranas. Fue en una recuperación culminada con un centro raso de Fermín al área rival la acción en la que Bensebaini, con mala fortuna, embocó el balón en su propia portería.
La ventaja volvía a ser de tres para el Barça, una renta que invitó a los jugadores a creer en su juego y volver a una posesión de calidad con la que enfriar por completo el ansia de remontada local. Ni un milagro parecía capaz de levantar la moral de los locales, avivado por un error de Araújo.
El central despejó mal un centro lateral y la pelota cayó en los pies de Guirassy para remachar su triplete personal con un tiro a quemarropa.

La euforia se volvió a apoderar de la grada y de los jugadores de Kovac, más después de que en la siguiente jugada, Brandt superara con un tiro raso al meta culé. El mano a mano que suponía el cuarto de los locales quedó invalidado por fuera de juego en el desmarque.
Volvieron a subir los decibelios del estadio, pero cada minuto que pasaba era una condena para un equipo loca al que no le quedaban fuerzas. Así, el Barça solo tuvo que esperar a que su oponente se desangrara antes de celebrar el pase a las semifinales de la Champions League seis años después.
Fuente: 20 Minutos