Las conversaciones de paz se centran en la retirada de las tropas de ambas fuerzas de una zona al sur del Líbano
Un enviado estadounidense que dirige las conversaciones para una tregua entre Israel y Hezbolá en Líbano afirmó ayer que un acuerdo para poner fin a la guerra entre ambos actores está «al alcance».
Según Amos Hochstein, representante de la Administración Biden, los aliados de Hezbolá en el Gobierno libanés habrían respondido positivamente a la propuesta de que tanto sus combatientes como las fuerzas israelíes se retiraran de una zona de la ONU en el sur del Líbano. Dicha zona de seguridad quedaría vigilada por tropas libanesas y cascos azules de la ONU.
Hochstein dijo que él y el presidente del Parlamento libanés, quien actúa como mediador ante este grupo paramilitar, mantuvieron conversaciones constructivas. «En última instancia, es decisión de ambas partes llegar a una conclusión en este conflicto. Ahora está a nuestro alcance», dijo Hochstein, añadiendo que la parte libanesa se encuentra a la espera de conocer el resultado de las conversaciones de Hochstein con Israel.
Continúa habiendo puntos de fricción
A pesar de las buenas noticias, Hochstein admitió que los detalles técnicos de una posible tregua siguen sin resolverse. Es probable que Israel exija una mayor presencia de tropas a lo largo de la zona que delimita los dos países, incluida la capacidad de llevar a cabo operaciones militares contra Hezbolá.
La zona, conocida como «línea azul», fue establecida por primera vez por las Naciones Unidas en el año 2000 En la región se encuentran tropas de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), creada para establecer una zona en el sur del país libre de fuerzas armadas.
Es probable que Líbano se oponga a nuevas operaciones militares a lo largo de la zona, donde miembros de la FINUL han sido atacados con cohetes tras la escalada de tensiones entre Israel y Hezbolá. Cuatro soldados resultaron heridos recientemente al impactar un cohete contra una de sus bases, en dos incidentes distintos ocurridos en la localidad de Ramyah, cerca de la frontera.
Las Fuerzas de Defensa israelíes culpan a Hezbolá del incidente
Israel ha acusado a la FINUL de hacer la vista gorda ante Hezbolá y su primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha exigido a las fuerzas de la ONU que se retiren de las «zonas de combate».
Naciones Unidas ha insistido en que sus fuerzas de mantenimiento de la paz permanecerán en la región. Mientras, los líderes de Italia, Francia, Reino Unido y Alemania han condenado los ataques contra las fuerzas de mantenimiento de la paz como contrarios al derecho internacional.
Fuente: Euronews