
El precio del barril de petróleo se desplomó hasta un 6% en las últimas horas tras el anuncio de un supuesto “alto el fuego” entre Irán e Israel. A pesar de ello, la versión triunfalista de Washington y Tel Aviv contrasta con la negativa rotunda de Teherán a reconocer ningún acuerdo. “No hay alto el fuego”, aseguró el ministro iraní de Exteriores, Abbas Araqchi, que advirtió de que Irán solo cesará sus ataques “si Israel detiene su agresión ilegal antes de las 4:00”.
El Brent, de referencia europea, bajó hasta los 67,34 dólares según algunas fuentes y 70,6 dólares según otras, una diferencia que evidencia la volatilidad y confusión que reina en los mercados. El West Texas Intermediate (WTI) se desplomó hasta los 64,39 dólares en algunos momentos, y hasta los 68,27 en otros, reflejando el mismo clima de incertidumbre.
Mientras Donald Trump anunciaba en su red social Truth Social la entrada en vigor de un “alto el fuego completo y total” y pedía a las partes que “no lo violen”, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, daba por “logrados los objetivos” de la ofensiva contra Irán. Pero la realidad es que, al cierre de los mercados, solo Washington y Jerusalén celebraban la paz. Desde Teherán, la consigna es otra: “Si no hay más agresiones, paramos. Si no, responderemos”.
La clave de la caída del petróleo está en la “respuesta simbólica” de Irán, según los analistas. El ejército persa lanzó misiles contra bases estadounidenses en Qatar e Irak, pero lo hizo con aviso previo y sobre instalaciones vacías, sin causar víctimas. “Irán consigue salvar la cara, pero no busca la escalada”, resumen desde Onyx Capital Group.
Lo que el mercado ha premiado no es el acuerdo, sino la ausencia de sangre y la señal de que nadie quiere ir más allá. El miedo a un conflicto real, con cortes de suministro y precios desbocados, se diluyó en cuanto quedó claro que ambos bandos preferían la coreografía a la guerra abierta.
Pero en la trastienda de la diplomacia, la presión de Trump sobre la industria petrolera estadounidense ha sido directa y pública. “¡TODOS, MANTENGAN BAJOS LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO! ¡LOS ESTOY VIGILANDO!”, clamó el presidente estadounidense, que ordenó al Departamento de Energía “¡PERFORA, BABY, PERFORA! ¡Y digo AHORA!”.
Como resultado de todo: una caída del petróleo alimentada tanto por la escenificación política como por la presión explícita de la Casa Blanca, mientras la realidad sobre el terreno sigue siendo cualquier cosa menos estable. El supuesto alto el fuego es, por ahora, solo un relato. La paz sigue pendiente de confirmación.
Fuente HUFF POST