
Los conceptos emitidos en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor
Por Néstor R Ramirez
La Asamblea General de Delegados es,sin discusión, la máxima autoridad del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
De ahí surgen los miembros de la Comisión Nacional Electoral (CNE),órgano constituido cada dos años para garantizar la transparencia y la legalidad del escrutinio.
La CNE no es un invento circunstancial ni un capricho de coyuntura: es el producto directo de la Asamblea General. Nadie puede disolverla, salvo que sus propios miembros renuncien.
Mientras dure el proceso electoral, la CNE se sostiene sobre la autoridad Suprema de la Asamblea, y ejercer plenos poderes.
El punto neurálgico se presenta en qué el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) pasa a ser un organismo “menor” sujeto a la Comisión Electoral.
¿ Entonces qué sentido tiene que cuatro miembros del CEN pretendan cuestionar o incidir en la CNE? Ninguno.
Eso no es más que retórica vacía, un recurso de presión carente de sustento.
La verdad es incómoda pero simple; solo la Asamblea General de Delegados, que crea a la CNE, puede revocarla.
Pretender lo contrario es desconocer la esencia del CDP. El CNE solo responde a la Asamblea de Delegados.
El CEN no puede disolverla ni interferir en sus decisiones.
Hacerlo sería desconocer la máxima autoridad del gremio.
Lo razonable es unir voluntades, y presentar una plancha consensuada,entre los grupos.
Se está agotando el tiempo en retóricas y pleito judicial. En este proceso electoral del 29 de agosto,cualquier candidatura potable derrota la facción del MMV que postula al profesor Luis Perez.
Hay que deponer actitudes personales y de grupos; el tiempo apremia..