El Imperio Romano fue víctima de su propio éxito. Fundamentó su dominio del poder en la conquista de otros pueblos.
Esto se hizo sobre la base de la intimidación y la fuerza. Cada pueblo que era conquistado pasaba a formar parte del imperio y de sus privilegios. Las mujeres y niños ya eran responsabilidad del imperio, así como sus hombres los cuales eran usados para agrandar el ejército.
Éste ejército debía ser mantenido económicamente, ya que ese era su único trabajo. Cada vez que agrandaban el ejército, mediante la incorporación de nuevos miembros conquistados se generaban más gastos y los soldados originales eran descuidados, ya que era insostenible continuar con el ejército en materia económica.
Al final el imperio se autodesplomó porque no tenía como mantener a tanta gente. Ni los nuevos ni los viejos. Cuando crearon más impuestos para poder tener más recursos el pueblo odio esa medida. Su ejército fue tan grande que se volvió incontrolable y desordenado.
De esa forma uno de los imperios más formidables de la historia humana desapareció sin ser derrotado por otro ejército: se autodestruyó.
Daygorod Fabián Sánchez