
La versión más hipócrita del político dominicano.
Por Félix Luna
Las cúpulas de los partidos políticos se han sumergido en un debate sobre la ley de partidos y electoral, que da asco y a la vez es una vergüenza. Para los partidos políticos el tranfuguismo es un problema. Pero no cualquier tranfuguismo, sino ese que se da en los puestos electivos, senadores, diputados, alcaldes y regidores. Es decir el problema es cuando se van con una candidatura electiva que los mismos partidos promueven el costo tan alto que representa ser electo en este país.
Para la clase política el tranfuguismo no llega en el abandono de los principios. Ni mucho menos es tranfuga el partido que apoya al que está en el gobierno, es decir las alianzas electoralmente convenientes. Es penoso que el criterio de tranfuga en la ley obedece a una mediocridad de nuestra clase política. Cuando los mayores tranfuga son las cúpula que se arrima a sus intereses personales.