
La lava sigue fluyendo activamente por una gran grieta. En la península de Reykjanes, los trabajadores revisan las infraestructuras de la central eléctrica local. Los residentes han podido visitar sus casas brevemente para recuperar enseres y calibrar daños.
En Islandia, los trabajadores están terminando de erigir barreras defensivas (montículos altos de tierra) para bloquear o limitar el flujo de lava.
Algunos expertos dijeron que la erupción prácticamente ha terminado, pero la agencia meteorológica nacional del país advierte que es demasiado pronto para hacer tales declaraciones: es posible que aún se abran nuevos respiraderos en el suelo. Y la lava sigue fluyendo activamente por la gran grieta en la península de Reykjanes.
Los trabajadores están cavando zanjas para enterrar las tuberías de agua caliente de la central eléctrica local; si están enterradas bajo tierra, deberían estar más protegidas de la lava. También están comprobando si las torres de alta tensión son seguras.
Reevaluando los riesgos
En Grindavík, los trabajadores se preparan para el regreso de los residentes, revisan la infraestructura, como las tuberías subterráneas, y planifican las posibilidades para llenar las numerosas grietas que hay alrededor de la ciudad.
Las autoridades han reevaluado los riesgos para la ciudad de Grindavík, que fue completamente evacuada hace semanas. Así, por primera vez desde la erupción, se permite a los residentes regresar. Pero solo se permiten visitas breves durante el día, únicamente para comprobar sus casas.
Muchos edificios quedaron destruidos por las grietas del terremoto y tuvieron que ser demolidos. Los residentes dudan de su futuro, ya que muchos simplemente tienen miedo de regresar, pero aquellos que tienen propiedades no tienen otra opción.
Fuente Euronews