El sistema mundial actual puede describirse como militarmente unipolar (Hegemonía de Estados Unidos de América), económicamente tripolar(Estados Unidos-UE, Japón y Rusia, más la relevancia de otros actores importantes, como lo son China, India y las Potencias Emergentes), sin dejar de lado el gran condominio político ejercido por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Existe la posibilidad de que, a futuro este órgano internacional sea integrado por otros miembros.
Sin embargo, no se pueden omitir otros actores del sistema, como son las corporaciones transnacionales y/o globales que tienden a eclipsar las fronteras territoriales y a superponer sus intereses con las legislaciones y las políticas públicas de los entes estatales, en modo especial los de la periferia que conforman el sistema mundial.
La globalización de las transacciones de bienes y de servicios, la de las estructuras industriales, la complejidad de un mundo postpandemia y la incidencia de los mercados financieros, quienes a su vez, están relacionados con la aceleración de un proceso científico tecnológico y con los intereses de las grandes corporaciones, situación que se demostró con la industria farmacéutica durante la pandemia del Covid-19.
No obstante, dicha globalización también responde a decisiones de los gobiernos de los países con amplio desarrollo que conforman una especie de macroestructura hegemónica mundial, aunque en ocasiones nos hacen sentir que transitamos un camino pedregoso, donde cada día estamos a la antesala de un sistema de carácter “Entrópico”.
En los albores del siglo XXl se está reconfigurando el eje económico y político del sistema mundial.
Por lo que, viéndolo de esta manera, no se puede mirar hacia otro lado, sin destacar el ascenso de China e India, quienes a su vez, ocupan espacios de poder en el área asiática y también en el mundo, debido a las grandes alianzas que han conformado estas dos naciones evidencian potables avances en materia de cooperación y comercio, resaltando que ambas representan un tercio de la población mundial, integran una alianza (BRICS), pero sobre todo sus economías últimamente han crecido a elevadas tasas anuales, particularmente la primera, quien con el transcurso de los últimos años ha ido restableciendo las relaciones bilaterales con los países de Latinoamérica bajo la política de “Una Sola China”.
Durante los últimos años, hemos presenciado activamente que la hegemonía moral e intelectual de Estados Unidos como superpotencia sobre el resto del mundo se ha ido debilitando, también su poder económico, financiero y político, aunque sigue teniendo preeminencia su poderío militar y armamentístico.
En el ámbito económico, el dólar aún se mantiene por el potencial de Estados Unidos y su alianza con China, basada en intereses recíprocos, apartando siempre las coincidencias doctrinarias, muestra de ello, es que China es el principal acreedor del Tesoro de los Estados Unidos.
Por su lado, la UE y Japón si bien altamente son consideradas desarrolladas, son sociedades demográficamente estancadas y envejecidas, que experimentan una recesión económica, donde la pandemia del Covid-19 y la actual operación militar entre Rusia e Ucrania han sido afectadas en términos de inflación, comercio e hidrocarburos.
El mundo de los próximos años probablemente tenderá hacia un escenario multipolar, aunque bastante conflictivo y competitivo.
Los Estados y bloques de grandes dimensiones geográficas, demográficas y económicas con apropiada política de acumulación de poder podrán promocionar su estatus internacional y afianzar una política de más presentismo en el contexto complejo que vive el sistema multilateral.
En conclusión, esperamos que puedan cesar los conflictos de la actualidad y pueda reconfigurar el orden multilateral, dado que, en este contexto de crisis del sistema multilateral, en vez de promover guerra, conflictos, sanciones y/o bloqueos, se debe de buscar las alternativas para lograr una integración de las naciones, donde la cooperación entre las partes sea el eje principal para poder arrancar las diversas economías que han decrecido en los últimos tiempos.
Nuestra aspiración es que, las naciones puedan apartar las ideologías, para poder afianzar y construir políticas de cooperación para el beneficio de toda la esfinge societaria de cada uno de los pueblos del planeta.
Por: Junior Perez