La selección olímpica de Fermín López, un goleador de porte clásico, es oro, oro olímpico, oro brillante e histórico. Oro ganado a Francia en la prórroga (3-5) con dos golazos inmensos de Sergio Camello en el minuto 100 y rematando en el 125, con la grada rugiendo el ‘allez la France’ después de que les regalasen una vida con un penalti señalado por el VAR en el 90 alargando la emoción y la locura de la mejor final de la historia olímpica. Una final brutal.
Oro olímpico 32 años después de que España conquistara por primera vez la medalla de oro en Barcelona 92. Entonces jugaba la selección en casa, en el Camp Nou, esta vez lo hacía la selección de Santi Denia en suelo rival, con la presión que eso conlleva. Oro maravilloso, que confirma el dominio del fútbol español ya no en Europa, en el mundo. Doblete que iguala la gesta curiosamente de Francia en 1984, cuando ganó a España la Eurocopa del 1984 y conquistó el oro en Los Ángeles.
Oro ganado con sufrimiento, muchísimo sufrimiento, remontando en diez minutos un 1-0 adverso en la primera mitad y empatando el partido la selección francesa a 7 minutos del final del encuentro (min 83 y 90), el 3-3 un gol de penalty señalado por el VAR. No puedes agarrar a un francés en tu área cuando juegas en su casa porque el chivato del VAR lo denunciará al instante. Akliouche había revolucionado el juego francés con su alegría.
Partidazo frenético, alegre, loco en muchas fases del partido porque la juventud tiene estas cosas. Camello había entrado en el 82 por Abel Ruiz y se puso el traje de Fermín, en el banquillo tras un desgaste absoluto.
Inició el partido la selección gala con agresividad, buscando la superioridad física, dejando primero un codazo a Sergio Gómez y una entrada a Fermín López después. pero también pidiendo el balón, bien posicionada, avanzando ante una España aún quitándose las legañas de la siesta. Ese momento de incertidumbre lo aprovechó Francia para adelantarse en el marcador en una jugada muy desafortunada, una internada gala con un mal rechace de Baena que Enzo Millot aprovechaba para buscar portería con un disparo que aparentemente no revestía dificultad para Arnau Tenas que al ir al despejar se la metió dentro. Un lance del juego, un error que hizo revivir los fantasmas que liberó de la ultratumba Titi Henry en la previa.
El seleccionador francés recordaba la final de la Eurocopa de 1984 disputada en el Parque de los Príncipes, la final de Michel Platini y Arconada, de un genio y de una fatalidad, una final ganada por los galos 2-0 que dejó heridas difíciles de cerrar. Arnau Tenas como Arconada.
Pero la familia está para momentos como estos, donde un error puede marcar tu carrera, la familia está para expulsar a gorrazos a los agoreros, para darle una patada en el culo a los que buscaban culpables cuando sólo se habían jugado once minutos de partido. Tardó exactamente siete minutos cuando Baena metía un balón entre líneas a Fermín que sin apenas mirar a portería marcaba el empate.
La selección de Santi Denia sacaba su carácter rebelde e irreverente para desplegar su juego alegre y sólo siete minutos después una jugada iniciada por Cubarsí con un lanzamiento medido, llegaba a los pies de Miranda que con inteligente la cedía a Abel Ruiz, probaba el delantero y el rebote del despeje Guillaume Restes, de apenas 19 años, no podía impedir que Fermín y su olfato despiadado acabará marcando su sexto gol en el campeonato olímpico.
La selección española no estaba dispuesta de cambiar la ‘performance’ y dominaba a un combinado galo noqueado, dubitativo. Fue en el lanzamiento de una falta clarísima en el minuto 28 cuando Baena dibujó con su bota derecha una parábola imposible, elevando el balón por encima de la barrera, un golazo de auténtico crack.
Pero contra esta Francia tan habilidosa no puedes distraerte. Arnau Tenas sacó un balón a Mateta en el 45, un paradón psicológico, de autoestima. La segunda mitad salió envalentonada en la segunda mitad, con un disparo al travesaño de Koné, con respuesta de Miranda minutos después. Francia se crecía, estaba perdiendo el oro ante su público y el talento individual le daba para más.
Un buen disparo de Mateta ponía en alerta al portero español, Titi Henry animaba desde la banda. Estelar Arnau en el 71 con un paradón de super clase a disparo durísimo de Koné.
Santi Denia sentaba a Fermín y Pubill e intentaba poner orden para frenar el torbellino francés cuando empezaba a llover en el Parque de los Príncipes y alentados por un público atronador, lanzaba una falta desde el lateral Olise que remataba de forma acrobática Akliouche en el minuto 82. Tocaba sufrir.
Con cinco minutos de añadido llegaba la jugada clave. Agarrón de Miranda a Kalimuendo en el área que el VAR advirtió al árbitro. La revisión fue rápida. El Parque de los Principes se volvía loco. Penalty señalado y marcado por Mateta. El disparo de Turrientes rozando el larguero era la última ocasión antes de la prórroga.
La prórroga marcaba un inicio dominado por el físico de Francia pero en el minuto 100 de partido, el 10 de la prórroga, el delantero del Rayo Camello aprovechaba una asistencia de Sergio Gómez para silenciar al Parque de los Príncipes. Aún quedaría el doblete de Camello en el 125 para darle el oro a España.Un oro brutal.
Fuente MUNDO DEPORTIVO