
Testigo del tiempo
Los conceptos emitidos en este artículo son de excluasiva responsabilidad de su autor
Por J.C. Malone
En menos de una semana, el presidente Donald Trump reculó dos veces con sus tarifas arancelarias. Primero las «pausó», por 90 días, excepto a productos chinos, luego excluyó varios artículos de las que no «pausó».
Trump está obligado a retroceder, por nuestra seria crisis monetaria, deuda impagable, insostenible división política interna y contundente competencia internacional.
China y Japón vendieron miles de millones en bonos estadounidenses descontados, innundaron el mercado, redujeron la capacidad de Washington de renegociar deudas.
China inauguró un yuan digital para pagos internacionales, BRICS puso su sistema de pagos disponible para cualquier país, Europa creará su propio mecanismo, el mundo se «desdolariza» aceleradamente.
La «única super potencia» ya no existe.
Sin poder renegociar la deuda, con un dólar devaluado, y sin unidad política interna, enfrentamos una combinación aterradora. Una escalada inflacionaria incontrolable destruiría la economía estadounidense, para evitarlo, por ahora, Trump reculó.
Eso, sin embargo, no garantiza nada, a fuerza de imponer sanciones económicas, usando el poder del dólar, contra todo el que pensara diferente, menos países quieren dólares.
Actualmente unn 60% de las transacciones en la economía mundial se hacen en dólares, y se está reduciendo.
La plataforma de yuan digital china canalizará pagos internacionales de los países del sudeste asiático, suman 38% de la Economía mundial, quedará el 22% con el dólar. Los que acudan a la plataforma del BRICS, mas la retirada de Europa, auguran una «desdolarización» casi universal.
Esto generará importantes cambios politicos mundiales, la guerra de Ucrania no quebró a Rusia, sino a Estados Unidos.
La economía estadounidense puede deteriorarse rápidamente de multiples maneras.
Si Washington no financia guerras, Ucrania negociará con Rusia, Washington con Irán e Israel con Hamas, y punto.
Mientras Washington pueda financiar guerra lo hará, lamentablmente, su bancarrota parece ser nuestra única esperanza para la paz.